Secuestrada y violada durante días. Es la pesadilla que tuvo que vivir en primera persona la cantante Duffy, que se hizo popular hace unos años por la canción Mercy. Tras sufrir una experiencia tan traumática, la artista galesa decidió abandonar el mundo de la música. Una década después de lo ocurrido, la joven, que llegó al número uno en las listas musicales de todo el mundo gracias a su potente voz y su excelente álbum de debut de estilo neosoul, ha reunido fuerzas para hablar de ello.

Los hechos ocurrieron durante un concierto en Singapur en marzo de 2009 con Duffy convertida en una artista de renombre internacional con tan sólo 24 años gracias a Mercy, una canción incluida en su primer álbum, Rockferry, del que vendió nueve millones de copias un año antes y que fue premiado con un Grammy y un Brit Award. "No os podéis imaginar la cantidad de veces que pensé en escribir esto", comienza el mensaje de la artista, que ha decidido compartir esta cruda historia personal en un post de Instagram, al que acompaña una foto suya en blanco y negro mirando al suelo.

Duffy, en la foto que ha subido a su Instagram.

Tras hablar de ello con un periodista y sentirse "increíblemente" por atreverse a dar ese paso, la cantante ha relatado, sin dar muchos más detalles, que "fui violada, drogada y mantenida cautiva durante algunos días. Por supuesto que sobreviví". Aprovechó también para anunciar que se publicará en las próximas semanas una entrevista, donde profundizará en este doloroso hecho que la cambió.Tras este trauma, la artista trató de seguir con su carrera, pero nada fue igual. Su segundo álbum, Endlessly (2010), no tenía la magia del anterior y resultó un fracaso. Todo el mundo creyó que se trataba de otro juguete roto de la industria discográfica que no había sabido gestionar su éxito.