Pasarela

María, la mejor obra de Verónica Forqué

  • 'Virgen María' es el nombre artístico de la única hija de la actriz, 'influencer' y actriz de 'performances' inclasificables.

María, la hija de Verónica Forqué, en una foto de sus redes.

María, la hija de Verónica Forqué, en una foto de sus redes. / Instagram

Todo el mundo de la interpretación y las artes en general llora la muerte de Verónica Forqué, pero para su única hija, María Clara Iborra, su marcha ha sido, es y será una pérdida única e irreparable. Más aún teniendo en cuenta lo unidas que estaban madre e hija, y lo orgullosa que estaba la actriz de ella. De hecho, la última foto de la actriz en Instagram es de ambas en MasterChef Celebrity.

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Verónica Forqué mira con orgullo y felicidad a su hija María. Verónica Forqué mira con orgullo y felicidad a su hija María.

Verónica Forqué mira con orgullo y felicidad a su hija María. / Getty

A pesar de todo, de su talento, de su bagaje, de su filmografía, de sus reconocimientos, Vero –como a ella le gustaba que la llamasen– siempre prefería ponerse en una posición más humilde, en un segundo plano en relación a todas las barreras que había roto su niña. “Mi hija es muy valiente. Me da un poco de vértigo, pero la adoro. Yo era transgresora, pero no tanto”, confesó la protagonista de Sé infiel y no mires con quién en una entrevista.

La espiritualidad que desprendía la Forqué fue quizás el complemento ideal a ese punto rebelde de su hija, de 31 años, influencer y artista de performances. Su nombre artístico es Virgen María porque cuando era más joven y veía a los DJs con el pelo largo “como Moiseses” se le ocurrió que ella sería la Virgen María de las discotecas. Su campo es el arte sin reglas.

María Iborra Forqué. María Iborra Forqué.

María Iborra Forqué. / Gtres

Un viaje a Tailandia que acabó durando dos años la empapó de la energía del país asiático y de sus artistas más extravagantes. Cuando regresó a España en febrero de 2014, sintió que su vida había cambiado y empezó a hacer performances. La experiencia de rodar con su padre, el director Manuel Iborra, fue muy positiva y quiso formarse en interpretación, voz y baile. Durante un curso de interpretación en Nueva York descubrió “la libertad de la performance del desnudo” y esa fusión de libertad y expresión con música fue lo que completó lo que quería desarrollar.

De ella misma ha dicho que es una exploradora de la mujer y tiene cuentas en OnlyFans (dice que gana “entre 2.000 y 5.000 euros al mes”) o YouTube, donde une música (ha lanzado varias canciones, la última este año y titulada Blexatin), pole dance, body painting y todo tipo de escenas transgresoras (como escenificar su propio funeral) que no dejan a nadie indiferente. “Yo creo que todos somos luz y oscuridad, y yo me siento como un ángel demoníaco”, dijo una vez en una entrevista.

María es vegana y mantiene una relación sentimental con el también artista Rafael García Bodeguero, que triunfa en redes con proyectos como RGB o 3819etc y que también es diseñador de moda y creador de collages fotográficos, muchos de ellos protagonizados por su pareja.

Verónica y su hija siempre vivieron juntas en la casa de la intérprete en Pozuelo de Alarcón y compartían el amor por los animales. La actriz tenía varias mascotas, entre ellas una perrita con la que María fue vista paseando horas después de fallecer su madre.

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