Pasarela

Las rarezas inconfesables de la familia real británica

  • Un documental sobre la relación de Andrés de York y Epstein le pone en evidencia por su extraña costumbre de coleccionar osos de peluche.

  • El príncipe Carlos también tiene sus manías y odia ver a su madre quitando con las manos las garrapatas a sus perros.

Isabel II y Felipe de Edimburgo, con sus cuatro hijos, en un documental de 1969.

Isabel II y Felipe de Edimburgo, con sus cuatro hijos, en un documental de 1969.

Andrés de York exige a las sirvientas del Palacio de Buckingham, cuando se aloja en la residencia oficial de la monarquía británica, que alineen sus ositos de peluche en su cama de una manera específica, y abronca a las empleadas si detecta que alguno de sus juguetes no está en la posición adecuada. Esta manía tan personal del príncipe forma parte de un documental que ha emitido hace unos días la cadena ITV titulado Ghislaine, prince Andrew and the pedophile (Ghislaine, príncipe Andrés y la pedofilia), que trata sobre las relaciones entre Maxwell -recientemente condenada por abuso sexual-, el príncipe Andrés y Jeffrey Epstein. Su colección de peluches, desde luego, no contribuye a mejorar su imagen tras saberse que en unos meses será juzgado por violación de menores y abuso sexual.

Enorme oso de peluche (derecha de la foto), en la carroza nupcial del príncipe Andrés y Sarah Ferguson. Enorme oso de peluche (derecha de la foto), en la carroza nupcial del príncipe Andrés y Sarah Ferguson.

Enorme oso de peluche (derecha de la foto), en la carroza nupcial del príncipe Andrés y Sarah Ferguson. / Gtres

Según uno de sus antiguos ayudantes, Paul Page, en el dormitorio de Andrés de York en Buckingham había un diagrama en el que se daban instrucciones sobre la manera en que tenían que estar colocados sus peluches. "Cuando el duque de York se queda a dormir, coloca un osito de peluche pequeño y un cojín sobre la cama. Al hacer la cama, colócalos junto al osito del lado izquierdo", indicaba la nota.

Paul Page, ex asistente de Andrés de York, en el documental. Paul Page, ex asistente de Andrés de York, en el documental.

Paul Page, ex asistente de Andrés de York, en el documental. / ITV

Los empleados de palacio tenían que tener mucho cuidado en seguir las instrucciones al pie de la letra, porque "si los osos de peluche no estaban bien colocados, (el príncipe Andrés) se pondría a gritar", afirma Page, cuyo testimonio parece confirmado por unas declaraciones que príncipe Andrés realizó en 2010. "Siempre he coleccionado ositos de peluche. Allá donde fuera con la Marina, solía comprar uno, así que tengo una colección de peluches de todo el mundo", declaraba aquel año el duque de York. 

La prensa británica recuerda también esta semana que en su día la escritora Elizabeth Day vio la colección y quedó asombrada de que "a un hombre adulto le gustaran tanto los peluches". Además, el día de su boda con Sarah Ferguson, su hermano, el príncipe Eduardo, incluso ató un peluche enorme en la carroza nupcial.
El príncipe Carlos e Isabel II, trabajando con plantas en el campo. El príncipe Carlos e Isabel II, trabajando con plantas en el campo.

El príncipe Carlos e Isabel II, trabajando con plantas en el campo. / Gtres

Con su obsesión por los ositos de peluche, el duque de York se ha revelado como uno de los miembros más maniáticos de la familia real británica. Pero no es el único. Hasta ahora quien tenía más fama de maniático era el príncipe Carlos, de quien siempre se rumoreó que en sus viajes siempre llevaba consigo su propio asiento de váter. El heredero del trono británico negó hacer tal cosa en una entrevista emitida en 2018 una emisora de radio australiana, pero no dijo nada del papel higiénico de terciopelo y el colchón que se cuenta que una vez se llevó a la casa de un amigo. Así lo recogía Tom Bower en la biografía Rebel Prince, y eso solo por mencionar algunas de las manías del heredero al trono británico. Según Bower, el futuro rey llegó a tener empleado a un ex soldado indio dedicado a eliminar las babosas de sus plantas por la noche. Y la primera vez que vio a una persona envolver su comida en papel film, dio un alarido y empezó a temblar del asco. "Es papel film, querido", contaba Bower que le habría explicado Camilla.

Isabel II con sus perros, a los que aprecia mucho. Isabel II con sus perros, a los que aprecia mucho.

Isabel II con sus perros, a los que aprecia mucho. / Efe

También de la reina Isabel II se ha dicho que es maniática, aunque si los rumores son ciertos, la monarca es bastante menos melindrosa que su hijo mayor. Según recoge la biógrafa Ingrid Seward en su libro sobre el príncipe Eduardo, al príncipe Carlos le irritaba ver a su soberana madre desparasitar a sus corgis, arrojando luego las garrapatas al fuego. En el comedor, la reina tiene otras rarezas; por ejemplo está acostumbrada a comerse los plátanos con cuchillo y tenedor. 

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