Tras erigirse un año más como actriz mejor pagada del mundo con unos ingresos, según Forbes, de 56 millones de dólares (50,47 millones de euros), Scarlett Johansson demostró el jueves por la tarde en el Festival de Cine de Venecia por qué se ha convertido en figura esencial del universo Marvel cinematográfico.
Enfundada en un largo vestido rojo brillante con escote palabra de honor, Scarlett deslumbró en la alfombra roja de la Mostra, por la que desfiló antes de asistir a la proyección oficial de Marriage Story (Historia de un matrimonio).
Con efecto pelo mojado y un vistoso pendiente en forma de cadena plateada, la actriz lució un gran tatuaje floral en la espalda. Johansson coprotagoniza, junto a Adam Driver, Marriage Story, un film sobre el divorcio dirigido por Noah Baumbach en el que, según confesó previamente en rueda de prensa, volcó parte de su propio proceso de separación del periodista Romain Dauriac.
Poco antes desfiló por la alfombra Laura Dern, compañera de reparto en la película de Baumbach, con vestido largo verde oliva con incrustaciones de pedrería, quien también se entretuvo firmando autógrafos y posando con sus admiradores.
Más contenido y algo distante, un Adam Driver vestido con esmoquin repartió algún autógrafo y se retiró pero, ante la insistencia de sus seguidoras, regresó y pasó un buen rato posando y firmando fotos y hasta algún póster de Star wars.
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