Mojácar

Los Moros y Cristianos, recuperación y arraigo

  • La fiesta ha mejorado con los años gracias al empeño de vecinos como Carlos Cervantes, Maati Elgualdigui y Genoveva Bouloumie.

La Fiesta de Moros y Cristianos de Mojácar, que ya tiene 25 años de antigüedad, tiene como médula, sin duda, el desfile. La participación vecinal, ciudadana, foránea, en las fiestas actuales nada tiene que ver con aquello que, según cuentan, era cosa de iluminados, jóvenes con ganas de diversión y poco más. Se equivocaban, se equivocaron, a la vista está, quienes primero se opusieron a la celebración de unos actos muy frecuentes en otros puntos del Levante español, y, después, al comprobar el tirón popular, se pusieron al frente de la compañía. 

Allá por el año 1988, en Mojácar no existía la oferta textil de ahora, ni la textil ni otras muchas, así que los mozos se las agenciaron con el arte de las mujeres en reformar una cortina en una chilaba, una jarapa en un manto. Se hicieron a la calle y la gente, los vecinos, se les fueron uniendo poco a poco, año a año. 

Con el transcurso del tiempo a las fiestas de Moros y Cristianos de Mojácar se le fueron añadiendo atractivos ingredientes: entrega de las llaves de la ciudad, la simulación del desembarco, la lectura de los pregones, la invitación a Kábilas y cuarteles de otras ciudades levantinas, conferencias, degustaciones gastronómicas, exposiciones, reencuentro de culturas, encuentro arábigo andaluz, visitas de cónsules marroquíes, mercado medieval, y un sinfín de actos y simbolismos más hasta la fecha en la que incluso, y como novedad, este mismo año habrá audio descripción en los idiomas español e inglés por megafonía para que los espectadores del desfile dispongan de información precisa lo dice el dicho: "a moro muerto, gran lanzada". 

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