Huelva

Cinco indicios que delatan a la gente inteligente

  • La inteligencia emocional afila sus habilidades más sociales, y le permite relacionarse mejor con usted y con las demás personas. ¿Cuánto de desarrollada la tiene?

Gente Inteligente.

Somos seres sociales. Por naturaleza necesitamos interactuar con otras personas, vivir en sociedad, comunicarnos... Y la evolución de nuestra especie no ha hecho más que reforzar ese sesgo natural. Pero a la vez, el estilo de vida de la urgencia y los avances tecnológicos lo han complicado mucho. Se hace cada vez más necesario cuidar de nuestro equilibrio emocional y no siempre es lo que más atendemos.

Las reglas del juego social han cambiado tanto que a veces ya no sabemos cómo relacionarnos, o nos perdemos en el proceso. Es lo que le está pasando a mucha gente joven, y no tan joven, en las redes sociales, con efectos demoledores sobre su autoestima y su desarrollo emocional.

Es una de las razones por las que la inteligencia emocional cobra cada vez más importancia. Porque nos permite ir a la esencia de nosotras y nosotros mismos, encontrar el equilibrio y mantenerlo. Sin embargo, mientras el culto al cuerpo se consolida, todavía no es tan habitual encontrar personas que cada cierto tiempo se paren a evaluar esta competencia humana en ellas mismas para saber qué hacer por mejorarla. Lo mismo en el futuro se popularizan los gimnasios emocionales. Ojalá.

El diagnóstico, el primer paso de la sanación

Lo primero, para poder arreglar algo, es saber qué es lo que está mal. Lógico. Sentido común. Obvio. Sí, pero cuando se refiere a nuestros estados emocionales y sentimientos, solemos perder toda esa lógica y, en vez de arreglar, tapamos o ignoramos ‘la mancha de humedad’ hasta que se convierte en un problema que pone en riesgo la integridad de nuestro ‘hogar’. Siguiendo la metáfora, ¿cuántos cimientos se podrían salvar si se atiende la humedad desde que da la cara? Pero para eso, hay que prestarle mucha atención al hogar.

Usted es su hogar. Cuando se mira al espejo, lo que ve es a la persona más importante con la que deberá entenderse toda su vida. ¿No merece la pena prestarse atención?

Autoevaluación y compromiso

La inteligencia emocional puede marcar el buen o el mal funcionamiento de su ‘hogar’. De forma esencial, ser emocionalmente inteligente es tener la habilidad para identificar lo que usted siente, para poder expresarlo, para comprender a qué viene esa emoción, y para saber cómo usarlo en el camino a conseguir lo que sea que quiera conseguir. Y todo ese proceso empieza en el mismo paso: el autoconocimiento.

¿Es usted capaz de identificar bien lo que siente en cada momento? ¿Expresa de forma sana sus sentimientos? ¿Entiende y acepta el mensaje que vienen a traerle sus emociones? ¿Hace algo con ellas para sentirse mejor?

Esta autoevaluación es una fantástica forma de empezar. Para seguir, ya se apoye usted en sus propias reflexiones de forma honesta o en cuestionarios preparados, o ya sea que busque apoyo profesional, lo importante es que esa autoevaluación vaya acompañada de algo indispensable: su compromiso profundo consigo mismo o consigo misma. ¿Quiere empezar ahora mismo? ¡Vamos!

Mírese de forma honesta y decida en qué grado se corresponden sus conductas con las que le sugiero a continuación. Son las que caracterizan a la gente emocionalmente muy inteligente.

¿Qué tal su autoconfianza?

Las personas con una desarrollada inteligencia emocional no se comparan con saña, no se autoexigen de forma desmesurada, y son muy conscientes de sus frenos y sus fortalezas. El autoconocimiento que las distingue les permite establecer y establecerse metas realistas y objetivas, hacia las que avanzan con acciones concretas. Son personas con seguridad en sí mismas, y eso les da autoconfianza.

¿Sus reacciones son proporcionadas?

La inteligencia emocional ofrece algo muy valioso: tiempo. Es tiempo para evaluar bien y rápido las situaciones que vivimos, especialmente las desagradables, y no reaccionar de forma desproporcionada. Esto significa no ser víctimas de los automatismos que se nos disparan con las experiencias emocionales. Por eso es más difícil que las personas con inteligencia emocional pierdan el centro y se dejen llevar por emociones como el enfado o el asco. Al contrario, son capaces de expresarlos de forma asertiva y conseguir que ese enfado, o la tristeza o el miedo sirvan para algo.

¿Le motivan los retos?

Los desafíos son como gasolina para el motor de la inteligencia emocional. Las personas emocionalmente muy inteligentes se crecen ante los retos, y usan todas sus emociones, tanto las agradables como las desagradables, para perseverar hasta superarlos. El estrés les pone las pilas, y no lo acumulan. Son personas que no se preocupan, sino que se ocupan de las situaciones desafiantes que sobrevienen con la vida, dedicándole muy poco tiempo a lamentarse, desesperarse o quejarse.

¿Cuánto le dura un enfado?

Las personas con un destacado desarrollo de su inteligencia emocional gestionan de forma adaptativa sus emociones. Todas sus emociones. Eso quiere decir que consiguen regular adecuadamente la activación fisiológica que las acompaña, y evitar que se mantengan en el tiempo de forma perjudicial. Así son capaces de cambiar con cierta agilidad de estado emocional y adaptarse con flexibilidad a las distintas situaciones.

¿Entiende a las demás personas?

Si, además, es usted capaz de percibir y comprender las emociones y sentimientos de las demás personas, y adaptarse a ellas para comunicarse de forma efectiva y sin contagiarse, seguro que tiene bastante inteligencia emocional. Pero si también es capaz de contagiarles sus propias habilidades emocionales, como es gestionar sus emociones, evitar reaccionar desproporcionadamente o ver desafíos donde otras personas ven problemas, eso es una prueba indiscutible de que es usted gente muy pero que muy inteligente.

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