DENUNCIA POR SER FOTOGRAFIADA

La Fiscalía rechaza la denuncia de Isabel Pantoja por acoso de un paparazzi en Ikea

  • No estaba en un acto privado sino en una tienda abierta al público en horario comercial 

  • La Fiscalía no cree que fuese hostigada

La cantante, durante un concierto reciente

La cantante, durante un concierto reciente

La Fiscalía de Sevilla se ha opuesto a la admisión de una denuncia de Isabel Pantoja por el supuesto acoso de un paparazzi cuando se encontraba con su nuera viendo muebles en la tienda de Ikea en Castilleja de la Cuesta.

La tonadillera denunció por la vía penal al fotógrafo que intentaba captarla cuando veía cocinas. Isabel Pantoja se puso nerviosa, empezó a increpar al paparazzi y se produjo un altercado en el que acabaron interviniendo los servicios de seguridad del centro comercial y luego la Guardia Civil.

La Fiscalía de Sevilla, según han confirmado a este periódico fuentes del caso, se ha opuesto a que este incidente sea admitido a trámite por la vía penal. Entiende que no existe delito contra la intimidad porque la tonadillera estaba en un establecimiento público y además en horario de apertura al público.

La abogada de Pantoja argumentó en su denuncia que el paparazzi vulneró el derecho a la privacidad e intimidad e incurrió en un delito de revelación de secretos, lo que causó daños morales a su clienta. Según la denuncia, Isabel Pantoja y su nuera, Irene Rosales, estaban desarrollando una actividad privada.

La Fiscalía tampoco aprecia que se cumplan los requisitos de hostigamiento que configuran  el nuevo delito de acoso del artículo 172 del Código Penal. Este delito, conocido como “stalking”, sanciona a quien “persiga, vigile o busque la cercanía” de otra persona con actitudes que le causen “inquietud o desasosiego”.

Según la prensa rosa, la abogada de Pantoja argumentó que el hostigamiento de la prensa le causa “un grave estado de ansiedad y fobia a salir de casa”. “Ni siquiera puede ir a un establecimiento privado a comprar”, sostenía.

La Fiscalía insta el archivo al juez de instrucción 18, que había consultado al Ministerio Público antes de llevar a cabo alguna diligencia o tomar declaraciones. La última palabra sobre el archivo corresponde al juez y su decisión puede ser recurrida ante la Audiencia de Sevilla.

El incidente ocurrió en la tarde del pasado 24 de agosto en el Ikea de Castilleja de la Cuesta, cuando Pantoja miraba cocinas en compañía de la mujer de su hijo Kiko Rivera.

El hecho fue comentado ampliamente en la prensa rosa, con diferentes versiones: según algunas,  la cantante perdió los nervios, lanzó un carrito de la compra contra el fotógrafo y comenzó a gritarle muy alterada. “Siete años aguantando, siete años amargada, en un infierno, la prensa me tiene machacada!”, decía la tonadillera, que terminó echándose a llorar, igual que su nuera.

Al final tuvo que intervenir la Guardia Civil, que redactó un atestado. El fotógrafo borró las fotos a petición de los agentes, que a continuación escoltaron a Pantoja hasta la salida.

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