JFK 1963-2013

Las incógnitas sobre Lee Harvey Oswald

  • Ex marine y desertor a la URSS, su conexión con el comunismo le hizo aparecer durante décadas como una pieza ejecutora.

La historia oficial dice que, a pesar de las teorías sobre la muerte de John Fitzgerald Kennedy, hubo un único culpable de aquel fatídico tiroteo ocurrido en Dallas en noviembre de 1963: Lee Harvey Oswald, un antihéroe en busca de identidad propia dentro de una sociedad en la que no encajaba.

Ese es el retrato que hace el periodista Peter Savodnik en su libro recién editado The Interloper: Lee Harvey Oswald Inside The Soviet Union, que recoge numerosos testimonios de los mejores amigos de Oswald en Rusia y ofrece un poderoso retrato sobre su propio mundo, construido y supervisado meticulosamente por el servicio secreto soviético (KGB).

Durante décadas, Oswald fue visto como la pieza ejecutora de una abrumadora maquinaria engrasada para acabar con el joven y carismático JFK. Los argumentos acerca de una conspiración a gran escala fueron desmentidos por la Comisión Warren, pero los motivos del pistolero para cometer el asesinato siguen siendo una de las mayores incógnitas de los tiempos modernos.

Desvelarlos, o al menos intentarlo, es el objetivo de la obra de Savodnik, lejos de autores que apuntan a intrigas con Cuba y la CIA involucradas, como Don DeLillo en su novela Libra (1988), o a razones políticas, como Priscilla Johnson en la biografía Marina and Lee (1977), donde se hacía hincapié en el odio de Oswald hacia el capitalismo norteamericano.

Savodnik no está de acuerdo con esas interpretaciones. Para documentar su obra, viajó a Minsk, la capital de Bielorrusia, donde Oswald vivió durante más de dos años.

"Allí tuvo la oportunidad de convertirse en la persona que quería ser, y fracasó por completo", aseguró al diario The Boston Globe el escritor, quien, a diferencia de lo que hizo el novelista Norman Mailer en Oswald's Tale (1995), no siembra dudas sobre la autoría del asesinato de Kennedy.

"Sabemos quién lo hizo", afirmó. "Existe un deseo abrumador de catalogar la vida y muerte de Kennedy como un mito. Es insatisfactorio que acabara con él un tipo con problemas afectivos", agregó.

Esa es su explicación sobre el porqué de las teorías conspirativas alrededor del trágico suceso, consciente de que a la gente le atraen más "las explicaciones geopolíticas" cuando, en este caso, opina que la decisión de apretar el gatillo no la tomó "una gran fuerza abstracta", sino "las cosas que ocurrían dentro de la cabeza" de Oswald.

"Si se presta atención a quién fue Oswald, el misterio es mucho menos misterioso", afirmó el periodista.

Oswald, un exmarine que con 19 años desertó a la Unión Soviética en octubre de 1959 desencantado con la vida que llevaba, permaneció allí hasta junio de 1962, por lo que muchos historiadores aseguran que se trataba de un agente infiltrado.

Según el testimonio de Savodnik, Oswald había cambiado de casa en 20 ocasiones con 17 años, siempre acompañado por una madre dominante, inestable y con dificultades económicas. Eso sin contar el tiempo que permaneció bajo el cuidado de familiares o en un centro para jóvenes problemáticos.

"Fue un niño casi invisible", asegura el autor en su libro.

Su padre murió antes de que él naciera. Todo eso dejó una losa profunda en su atormentada psique y le llevó a embarcarse en una constante búsqueda de refugio.

El Estados Unidos de la posguerra no conseguía despertar ningún entusiasmo en Oswald, lo que provocó su fijación con el sentimiento de camaradería que ofrecía el comunismo en la URSS, que, tras unos inicios alentadores donde encontró cierta felicidad, también le decepcionó por sus dificultades para adaptarse a su cultura y hacer amigos.

De hecho, los pocos que hizo y el trabajo que consiguió como operador de una empresa electrónica fueron decisiones orquestadas sin su conocimiento por la KGB, detalla Savodnik.

Abandonó su "antigua vida y se introdujo en una nueva adornada de nueva gente, un nuevo paisaje y un nuevo lenguaje con la esperanza, esta vez, de dar con un hogar fijo", escribe el autor sobre Oswald, descrito como alguien repleto de experiencias y deseos alienantes.

A su regreso a América, casado y con una hija, el sentimiento de vacío y soledad en Oswald era mayor que nunca, por lo que comenzó a buscar la forma de expresar su frustración y rabia.

Con la ayuda de un rifle, dio con ella desde el sexto piso de un edificio de la plaza Dealey, en Dallas. Dos días después, el propietario de un club nocturno de la ciudad, Jack Ruby, sospechoso de tener relación con la mafia, lo asesinó antes de que fuera juzgado.

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