JFK 1963-2013

El mítico 'Camelot' de los Kennedy, un período con un lado oscuro

  • La leyenda en torno al asesinado presidente ayudó a ocultar los numerosos amoríos de JFK.

El asesinato del presidente estadounidense John F. Kennedy marcó el fin de una era que fue inmortalizada en la imaginación de los norteamericanos como Camelot, y puso fin a la joven vida del galante líder y a las esperanzas de cambio que había llevado consigo a Washington.

El nombre de la mítica fortaleza y reino del legendario rey Arturo es empleado muchas veces para referirse al presidente demócrata asesinado en 1963.

La misma Jacqueline Kennedy promovió el mito de Camelot y lo sugirió como un símbolo de la administración de su marido en una entrevista con la revista Life poco después del asesinato de JFK.

La primera dama se refirió a una canción del popular musical de Broadway Camelot, sobre el rey Arturo, que a su esposo le gustaba escuchar, con una referencia a un "brillante momento que fue conocido como Camelot". "Habrá grandes presidentes nuevamente", dijo. "Pero no habrá otro Camelot".

Kennedy ganó las elecciones a la presidencia en 1960 como el hombre más joven en ser elegido jamás y el primero nacido en el siglo XX. Usó con efectividad el entonces relativamente nuevo medio televisivo para impulsar su campaña contra Richard Nixon, lo que le ayudó a asegurar su estrecha victoria.

"La antorcha ha sido pasada a una nueva generación de estadounidenses", dijo en su discurso inaugural, presentando su administración como algo completamente nuevo, con el foco en la "nueva frontera" de los 60.

Su imagen juvenil se vio fortalecida por su vida personal junto a su joven esposa, Jacqueline Kennedy, y sus dos pequeños hijos, Caroline y John Jr., capturada en las famosas fotografías de un pequeño John John jugando bajo el escritorio de su padre en el Salón Oval y Caroline paseando con su pony en el jardín de la Casa Blanca.

Jacqueline se dedicó a redecorar la Casa Blanca y la pareja puso especial énfasis en el arte y la cultura durante su presidencia.

En el 50 aniversario de la muerte de Kennedy, el museo dedicado al periodismo Newseum de Washington ha ilustrado cómo esta imagen de Camelot fue capturada por los propios Kennedy, quienes contrataron al fotógrafo Jacques Lowe para que documentara los meses previos de la familia antes de que Kennedy se presentara como candidato a presidente.

La exhibición, llamada Creating Camelot (Creando Camelot) incluye varias fotografías que muestran a un feliz hombre de familia admirando y jugando con sus pequeños hijos, mientras que otras muestran la soledad de la campaña o la influencia del amplio clan Kennedy en John y Jackie.

La conexión que la gente sentía con esta joven familia y sus glamourosos presidente y primera dama no hizo más que reforzar la imaginación popular. El asesinato de Kennedy el 22 de noviembre de 1963 hizo trizas todo eso, pero al acortar su carrera política contribuyó a crear una visión idealizada que ayudó a reforzar la imagen de un Camelot en la mente de muchos estadounidenses. Las alusiones a la leyenda artúrica, y las preguntas acerca de lo que podría haber sido, ayudaron a ocultar el lado oscuro de la presidencia de Kennedy, en el que hubo infidelidades que podrían haber afectado a la presidencia en años posteriores.

La sexy actuación de Marilyn Monroe cantando Happy Birthday Mr. President, en un vestido tan estrecho que al parecer se lo tuvieron que coser una vez puesto, hizo elevar las cejas de más de uno y se convirtió en un símbolo de la indiscreción de Kennedy. Con los años, se sumaron más testimonios.

Una ex becaria de la Casa Blanca, Mimi Alford, contó en un libro, Once Upon a Secret (Érase una vez un secreto), publicado el año pasado, que tuvo un amorío de 18 meses con el presidente, a lo que sumó un presunto abuso de drogas.

La mayoría de los amoríos presidenciales han sido reporteados ampliamente por los biógrafos, pero el primero en revelar la relación con Alford fue su biógrafo Robert Dallek hace diez años. Sin embargo, no dio a conocer la identidad de Mimi.

A lo largo de los años se le han atribuido varios romances con mujeres famosas, como Marilyn Monroe y Jayne Mansfield. Las cartas de amor que intercambió con una aristrócrata sueca, con quien mantuvo una relación incluso después de casarse con Jacqueline, fueron vendidas por más de 115.000 dólares hace tres años.

En su libro publicado este año, These Few Precious Days: The Final Year of Jack and Jackie (Esos pocos años preciosos: el año final de Jack y Jackie), Christopher Andersen citó a amigos y conocidos de los Kennedy que afirmaron que Jacqueline sabía de los amoríos de su marido.

"Eso no significa que se tomara sus engaños a la ligera", escribió Andersen. "No le gustaba que Jack anduviera por ahí. Estaba muy enojada con ello", dijo George Smathers, amigo de JFK, a quien llamaban Jack. "Pero estaba dispuesta a mirar para otro lado mientras él fuera cuidadoso", añadió.

Sin embargo, en público, los Kennedy mostraban la impronta de una familia joven y feliz, imagen que por otro lado sigue alimentando su mística.

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