La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

En defensa de los bares

No son marionetas. Todo el sector del turismo, no solo los bares, necesita un plan de rescate serio

Recogiendo en un bar.

Recogiendo en un bar. / Javier Albiñana

Siempre he defendido el autogobierno, por encima de las falsas bondades de lo que ahora llamamos "cogobernanza", convencida del valor de lo cercano para ayudar a resolver problemas y gestionar. Cuanto más próximo, más te implicas. Bien lo saben los alcaldes cuando asumen el desgaste en primera persona, de lo propio y de lo ajeno, y basta recordar dónde empiezan y acaban las manifestaciones en cualquiera de nuestras ciudades: a las puertas del ayuntamiento.

Un año después del primer caso Covid en España, el famoso turista alemán de La Gomera que iba a ser una anécdota, seguimos esperando que la vacunación masiva acabe derrotando al virus con la única certeza de que todos los milagros que habíamos identificado por el camino han terminado viniéndose abajo. No hay excepciones ni iluminados. Ni Alemania ni Portugal tenían motivo alguno para darnos lecciones en la primera ola ni las comunidades autónomas han demostrado en España que haya recetas infalibles para batallar contra la pandemia. Muy al contrario, hemos entrado en una deriva partidista que ha atrapado a sectores clave de nuestra economía agitándolos como bandera de confrontación.

Otra vez los bares... ¿Que el coronavirus se contagia en lugares cerrados con mala ventilación? Como en los gimnasios, en las tiendas... ¿Que hay que cerrarlos? Bien... Pero echemos el cerrojazo con argumentos, con firmeza y sin populismo. No voy a defender a la presidenta de Madrid con sus medidas improvisadas y a destiempo lanzadas como misiles envenenados contra el Gobierno que no comparten ni los suyos.

No son admisibles los meses que llevamos de incertidumbre y contradicciones. Ni que ahora irrumpa la ministra de Turismo llamando a "salvar la Semana Santa". ¿Queremos jugarnos una cuarta ola?

No son parches lo que necesita el sector. Todo el sector... No nos quedemos ni en las ayudas directas ni en los bares. El turismo se ha venido abajo y hay que aprobar un plan de rescate como se hizo con el ladrillo o los concesionarios cuando la crisis de 2008. El PP presentó ayer una batería de propuestas en el Congreso y no son ninguna insensatez. Cerrar y abrir, por días, por horas, como si fueran marionetas, no es más que el reflejo de lo poco que hemos aprendido en un año de pandemia. Estamos más agotados, más desesperados, pero no parece que sepamos hacerlo mejor. Ni con el mando único de primavera ni con la pelea de gallos de la cogobernanza.

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