When Will The Blues Leave | Crítica

Las enésimas vidas

  • El sello ECM rescata un directo inédito de 1999 grabado en Suiza por uno de los tríos ineludibles de la improvisación contemporánea

El pianista Paul Blay, el contrabajista Gary Peacock y el baterista Paul Motian.

El pianista Paul Blay, el contrabajista Gary Peacock y el baterista Paul Motian. / D. S.

Coincidieron en los estudios de grabación a mediados de los 60 del pasado siglo, de la mano de sendas sesiones publicadas más tarde en los álbumes Paul Bley with Gary Peacock (1970) y Turning Point (1975), este último con el añadido del saxofonista John Gilmore. Los conectó tanto su abierta vocación improvisadora como el compartido interés por desbrozar otras vías de expresión en un territorio jazzístico siempre condicionado y alimentado por su rico legado pero también necesitado de aportaciones que ilustren su talante evolutivo y cambiante.

Las respectivas crónicas del pianista Paul Bley, el contrabajista Gary Peacok y el batería Paul Motian se habían curtido al lado de colosos de la talla de Charles Mingus, Albert Ayler, Miles Davis, Ornette Coleman o Don Cherry y su común e indagador espíritu había calado hondo en ellos, hasta el punto de estimular unas trayectorias vinculadas por su intención de aportar al jazz una mayor porción de libertad creativa.

Aunque trabajaron por parejas en varios contextos y ocasiones, documentadas en discos de John Surman, Keith Jarrett o Marilyn Crispell, el trío no volvió a reunirse en un estudio de grabación hasta 1998 por iniciativa de Peacock. El resultado se concretó en Not Two, Not One (1999), un trabajo donde el pianista canadiense y el contrabajista norteamericano llevaron la batuta compositora a través de un exigente y comprometido examen cuyos precedentes se podían rastrear en algunos de los logros del decisivo trío del pianista Bill Evans en cuyo excelente álbum Trio '64 (1964) colaboraron en su momento tanto Peacock como Motian.

Las muertes del batería en 2011 y de Bley en 2016 imposibilitaron luego posteriores reuniones del trío aunque la gira que realizaron para promocionar aquel álbum nos permite ahora disfrutar con la recuperación de un directo inédito ofrecido en marzo de 1999 en Lugano (Suiza).

When Will The Blues Leave exterioriza el óptimo estado de forma del trío a través de un despliegue musical en absoluto previsible donde el repertorio se convierte en secundario de lujo: de hecho, sólo una composición –Dialogue Amour de Bley y Peacock– procede del disco en estudio y, aun así, se rige por los dictados de una lírica exploración en la que incluso tiene cabida un guiño a Ornithology de Charlie Parker.

Portada del disco. Portada del disco.

Portada del disco. / D. S.

El disco también ofrece la oportunidad de reencontrarse tanto con rescates de añejos motivos propios como el sinuoso Mazatlan –grabado por Bley en 1965– como con homenajes de firma ajena que conectan sin prejuicio el clasicismo del estándar con las formas free, situando al blues como norte. Por ello, no debe extrañar que el disco se clausure saltando del esquinado y urgente título que bautiza el álbum, suscrito originalmente por Ornette Coleman en plena colaboración con Bley en 1958 en el Hillcrest Club de Los Angeles, al efecto poético y sereno del sempiterno I Loves You, Porgy de los hermanos Gershwin que cierra en piano solo este directo. Ya se sabe: no importa tanto el qué como el cómo. Y en este trío toda composición disfruta de enésimas vidas, siempre distintas a la mostrada cuando fue concebida.

Moor marca otros de los puntos álgidos del trabajo. Una composición de Peacock, registrada en numerosas ocasiones tanto en discos propios como en colaboraciones, que aquí encuentra renovadas vías de expresión gracias al poderoso arranque de su autor. Mientras que la imaginativa batería de Motian sobrevuela con destreza tan exuberante mapa polirrítmico, Told You So, Flame y Longer (estas dos últimas reinterpretadas años más tarde en piano solo para Play Blue, su último disco para el sello alemán, grabado en 2008 y publicado en 2014) refuerzan protagonismo y propiedades de Bley: su pianismo sustancial y pensativo rehúye la floritura y corona con solemnidad ese circular juego de preguntas con respuestas que termina definiendo al álbum.

When Will The Blues Leave proyecta así el irrebatible y, hasta ahora, postrero legado de un trío superlativo que, tristemente, no podrá ser restaurado más que a través de hallazgos de este calibre.

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