Piotr Beczala | Tenor

"Interpretar a Don José en Sevilla es un sueño en mi carrera"

  • Este sábado debuta en el Teatro de la Maestranza, como parte de su gira española, una de las mejores voces líricas europeas del momento

El polaco Piotr Beczala (1966), uno de los tenores más cotizados del momento.

El polaco Piotr Beczala (1966), uno de los tenores más cotizados del momento. / Jean-Baptiste Millot

La belleza de su voz ha convertido al polaco Piotr Beczala (Czechowice-Dziedzice, 1966) en uno de los tenores líricos más solicitados por las principales casas de ópera. Este sábado a las 20:00 cantará por primera vez en Sevilla gracias al recital que ha programado el Teatro de la Maestranza y que se incluye dentro de una gira española que comenzó el pasado domingo en el Palau de les Arts de Valencia y concluirá en Gerona. Acompañado por la pianista Sarah Tysman ofrecerá un programa que combina conocidas arias de ópera (Bizet, Puccini, Verdi, Massenet) con canciones napolitanas y otras de compositores como Dvorák, Rimski-Korsakov y Mieczyslaw Karlowicz. Beczala, que estudió en la Academia de Música de Katowice, es heredero de la rica tradición polaca y su carrera, que despegó cuando se unió en 1997 a la compañía de la Ópera de Zurich, ha recibido excelentes críticas en escenarios tan exigentes como la Royal Opera House Covent Garden de Londres, la Scala de Milán y el Met de Nueva York.

Celebrado por la exigencia vocal y la intensidad psicológica con que aborda sus papeles -como el verdiano Alfredo de La Traviata-, triunfó en el Teatro Real con Fausto de Gounod y aún está reciente el éxito que obtuvo en Bayreuth este verano y el anterior con Lohengrin, el rol wagneriano en el que debutó en 2016 bajo la batuta de Christian Thielemann y junto a su gran amiga Anna Netrebko en el rol de Elsa.

-¿Qué está descubriendo de España en esta gira? ¿Qué supone debutar en Sevilla?

-Estoy descubriendo la belleza de ciudades maravillosas donde nunca había estado porque recorremos toda España en coche, es un verdadero tour. Conocía Barcelona, Madrid, Peralada, Bilbao y Oviedo por motivos profesionales. Ahora he podido disfrutar de Valencia, La Coruña, hicimos noche en Salamanca y tras Sevilla actuaremos en Zaragoza y Gerona. Para mí es muy emocionante cantar por primera vez en Sevilla, una ciudad donde nunca he estado pero a la que siento conocer de toda la vida gracias a la ópera Carmen.

-¿Le gustaría interpretar el rol de Don José de Carmen en Sevilla?

-Sería algo excepcional, un sueño en mi carrera. Canté este rol por primera vez el año pasado en la Ópera de Viena y tengo planes para seguir interpretándolo pero todavía no en la ciudad de Carmen la cigarrera.

-Comenzó cantando como un tenor lírico pero ha ido asumiendo roles más dramáticos e introduciendo la vocalidad wagneriana, que no formaba parte de su repertorio. ¿Cómo vive esa evolución?

-Es una evolución lógica para mí, voy paso a paso en mi carrera. Sigo cantando la ópera verdiana Un ballo in maschera, de la que ofreceré un aria en Sevilla, y poder cantar Lohengrin de Wagner ha sido un paso importante hacia la región dramática pero honestamente debo decir que no soy un tenor dramático, canto con toda mi experiencia, gusto y sabor de tenor lírico. Como me enseñó el maestro Riccardo Muti, lo importante es ir al corazón de la música y tener en cuenta que hay compositores como Verdi que son muy difíciles aunque sus melodías puedan parecer a veces simples. Por otro lado, el canto wagneriano es muy esforzado, debes sacrificar tus tonos y colores, y aunque a mí me gustaría incorporar un poco más de metal a mi voz y disfruto interpretando Lohengrin en alemán sé que hay roles que no voy a cantar, como el de Tristán, porque exigen un desarrollo completamente distinto de la voz. Mi tesitura está más orientada al repertorio italiano y francés que al wagneriano; por suerte tengo colegas que asumen ese repertorio de modo excelente.

"El artista debe unir a la gente y defender, como Olga Tokarczuk, que pensando distinto se puede convivir en paz”

-En el Maestranza le acompañará la pianista francesa Sarah Tysman, profesora de repertorio vocal en la Universidad de las Artes de Berlín. ¿Son más retadores estos recitales que cantar ópera?

-En un recital estás solo con el piano y tienes que llevar al público de viaje por todo el repertorio, sin descanso. En cambio en Lohengrin o Un ballo in maschera no estás solo, hay otros cantantes, músicos, actores y coro cerca arropando a tu personaje. Así que en ese sentido cantar ópera es quizá menos complicado pero yo disfruto ambos compromisos, son parte de mi profesión.

-Su programa incluye canciones de Mieczyslaw Karlowiczé, compositor poco conocido en España.

-En un compositor polaco tardorromántico que murió muy joven, a los 32 años, durante una avalancha de nieve. Apenas escribió 23 canciones para voz y piano pero son deliciosas, suenan un poco a Strauss, están llenas de carácter y significan mucho para mí. Las compuso en su mayoría en Berlín entre 1901 y 1903 y quiero ver cómo se enfrenta a ellas el público sevillano porque son bastante melancólicas y tristes.

-Contrastarán con las populares canciones napolitanas que ha elegido, como Torna a Surriento.

-La gente suele tener mala opinión de O sole mio y otras canciones napolitanas, las asocia a algo pobre y de menor calidad. En cambio, a mí me gusta presentarlas como una música seria y valiosa, aunque obviamente no comparables con Schubert. Quiero dar en esta gira la máxima calidad a músicas diversas, como las canciones napolitanas de Ernesto de Curtis, y por eso el programa es un cóctel que incluye también algunas de las Canciones gitanas de Antonín Dvorák, que combinan bien con las polacas de Karlowiczé. Por supuesto, al final ofreceré arias de ópera que he cantado mucho en los escenarios desde hace dos décadas. Cuesta creerlo pero aún disfruto interpretando a esos personajes, tantos años después.

-Las denuncias por acoso sexual se suceden en los últimos meses en el mundo de la ópera. ¿De qué modo están afectando al clima en que desarrolla su trabajo?

-Me cuesta hablar de un tema sobre el que no tengo datos que aportar. Sólo puedo decirle que recientemente canté con Plácido Domingo la versión en concierto de la ópera Luisa Miller en el Festival de Salzburgo y estábamos abrumados por el impacto que pudiera tener en su actuación toda la polémica pero él es un gran profesional y salvó el compromiso con nota.

-Tras ser distinguida con el Nobel de Literatura, su compatriota Olga Tokarczuk agradeció el reconocimiento que supone para la cultura polaca, que ella considera que es invisible para el resto del mundo pese a su calidad. ¿Está de acuerdo?

-Estoy muy contento porque Olga Tokarczuk realmente merece el Nobel y no sólo por su maravillosa literatura, por todo lo que ha logrado como escritora, sino por su compromiso cultural y social. Ella es una valedora de la democracia en nuestro país y su lucha por los derechos humanos es muy necesaria en estos momentos difíciles para Europa en los que asistimos a comportamientos intolerantes, a una erosión constante de la cultura democrática y del deseo de vivir unidos en nuestras diferencias. Me preocupa el auge de políticos que pretenden dividir a las sociedades y decir que unos individuos son superiores a otros. Un artista debe unir a la gente, defender el que pensando distinto podemos convivir en paz, y eso es lo que hace Olga Tokarczuk.

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