Raquel Andueza

"De niña quería ser como Madonna"

  • Convertida en una de las grandes referencias de la música barroca española, la soprano Raquel Andueza presenta en su sello 'Alma mia', un trabajo dedicado al compositor italiano Antonio Cesti

-¿Por qué Cesti?

-Pensamos en hacer un programa con arias de ópera del siglo XVII, y Jesús Fernández [la otra mitad de La Galanía y del sello Anima e Corpo] se puso a investigar entre las cosas que ya tenía un poco seleccionadas y otros manuscritos que fue encontrando de biblioteca en biblioteca. Resultó que muchas de las arias eran de Antonio Cesti, y me propuso que le dedicáramos un monográfico. Al principio yo me mostré reticente, porque pensaba que Cesti era un compositor muy poco conocido y que no iba a resultar interesante para el público, pero cuando comencé a leer las partituras me enamoré perdidamente de su música.

-¿Qué le sedujo de ella?

-Es música de una gran belleza, con unas líneas melódicas de mucha inspiración, una retórica cuidada, unas armonías maravillosas, una frescura estupenda... A veces recuerda a Monteverdi, otras a Haendel...

-¿Puede considerarse un belcantista al nivel de Cavalli, el gran heredero en Venecia del arte de Monteverdi?

-Sí, sin ninguna duda. Es música virtuosa, descriptiva, maravillosa para cantar... De hecho, competía con Cavalli, eran los dos músicos más famosos de su época. Cesti era conocido como Il miracolo della musica, y con razón. En Alma Mia hemos intentado mostrar un abanico de su trabajo, intentando siempre encontrar un equilibrio entre lo serio y lo alegre, entre lo profundo y lo ligero. Pero no hay nada escogido porque sí, todas las arias han sido elegidas, principalmente, por su extraordinaria belleza. Más adelante, con Scarlatti, se comenzaron a introducir las arias da capo en la ópera. En esta época, un poco anterior, aún no se componía así, con lo cual a veces las arias resultan breves. Decidimos por eso añadir dos cantatas al disco, para mostrar otra de las facetas de Cesti como músico y dar un mayor empaque al programa.

-El hecho de que fuera un fraile franciscano añade una nota intrigante a la figura de Cesti...

-Sí, porque llevaba una vida muy cercana a la de la corte, cantando como tenor para los Médici, todo ello por supuesto en contra de sus superiores franciscanos; además, sus habituales escarceos amorosos tampoco hacen que se le vea como alguien muy entregado a su tarea divina...

-La Galanía amplía su formación para este trabajo…

-Gracias a la buena acogida de los dos primeros discos de Anima e Corpo, Yo soy la locura e In Paradiso, nos decidimos a enfrentarnos a un proyecto un poco mayor, con ocho músicos. Primero, porque ya habíamos decidido que Cesti era nuestro objetivo. Segundo, porque creo que era el momento, como soprano, de sacar algo distinto, quizá más maduro, y también porque temíamos que etiquetaran a La Galanía como un grupo de cuerda pulsada exclusivamente, cuando la realidad es que nuestros conciertos son muy variados y ofrecemos programas en los que a veces somos tres músicos en escena, pero otras muchas veces somos ocho, o quince, o veinte, dependiendo del repertorio que abordemos.

-En medio de la crisis terrible del disco a ustedes parece irles bien.

-Desde la distribuidora Diverdi siempre nos han dicho que nuestro sello Anima e Corpo es de los que más vende, y de hecho siempre hemos tenido que reeditar nuestros discos. Estoy muy agradecida a toda la gente que nos apoya comprando nuestros discos, porque gracias a ellos podemos seguir creando proyectos nuevos. Ahora mismo pasamos por un momento difícil: por un lado se venden menos discos que nunca, porque nos hemos acostumbrado a que todo esté gratis en internet; pero por otro, si no tienes discos en el mercado, nadie te conoce, no ven tus movimientos, el programador de festivales no sabe qué estás haciendo en cada momento... Es necesario, ahora más que nunca, tener un soporte para poder ofrecer proyectos nuevos. Y lo bueno que tiene tener tu propio sello es la libertad absoluta para elegir, desde el repertorio a la foto de la portada o el tipo de letra que quieres tener. Lo malo, el trabajo intensísimo que todo esto conlleva...

-Se ha convertido en una fija de uno de los más importantes grupos internacionales del momento, L'Arpeggiata, ¿cómo comenzó y en qué términos se establece esa relación?

-Empezó hace cuatro años y hasta ahora ha sido una aventura muy intensa. Es un grupo especial, con músicos increíbles, en el que se interpreta la música barroca y tradicional desde una visión muy personal. Para tocar o cantar en L'Arpeggiata hay que estar abierto a experimentar, a no tener prejuicios y a seguir los caminos de su directora, Christina Pluhar. Hemos hecho más de cien conciertos juntos y es una parte importante de mi vida. Ahí soy una Raquel muy distinta a la de mis discos, pero creo que, desde el respeto y la humildad, son cosas que se pueden combinar de manera correcta. Yo nunca me vi como una cantante de ópera, empecé a estudiar canto para ser como Madonna, con lo cual las incursiones en terrenos menos ortodoxos no me incomodan, sino que creo que me enriquecen...

-Hasta el punto de poder hacer un recital en la iglesia de un convento con música amorosa del siglo XVII y terminarlo con el Bésame, mucho, como en Sevilla hace unos años...

-Jajaja, por ejemplo.

-Ópera en escena sí ha hecho. ¿Cómo fue la experiencia?

-Es un mundo muy distinto y en el que no estoy tan metida. Me encanta la ópera, y cada día más, pero reconozco que tengo que tocar en algunos timbres que todavía no he tocado. He hecho tres o cuatro producciones de ópera y es muy divertido convertirte en alguien que realmente no eres... Aunque cada canción que interpretamos en nuestros recitales para nosotros es también como una micro-ópera.

-Ha cantado también en proyectos de cine, televisión y publicidad…

-Me encanta la música pop, soy una chica del siglo XXI y me gustan muchas músicas de este siglo y del pasado. Ya le dije que de pequeña quería ser como Madonna, quería doblar películas, cantar en anuncios... Todo no lo he podido cumplir, evidentemente, pero he participado en el disco pop de un buen amigo, Mario Hurtado, he cantado en un anuncio de televisión para una marca muy prestigiosa de moda y perfumes, en Isabel, la serie de TVE, en la película Atraco y en un cortometraje, Disección de una tormenta. Así que, salvo por el pequeño detalle de no haber podido ser Madonna, del resto no me quejo...

Raquel Andueza. La Galanía. Arias y cantatas de Cesti. Anima e Corpo

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