El M5 CS es la última joya de BMW. Un coche nacido para convertirse en una pieza de colección para los más caprichosos porque, a buen seguro, su precio no estará a alcance de cualquiera: con decir que el M5 Competition ya cuesta 151.100 euros y éste CS debe ser aún algo más costoso está todo dicho.

El CS empezará a producirse en primavera y bajo su capó contará con 4,4 litros con tecnología BMW M TwinPower Turbo que alcanza los 635 CV, 10 más que los que desarrolla el M5 Competition y aún 35 más de los que tiene un M5. Así este CS se convierte en el coche más potente que jamás haya llevado una M en BMW. Que no es poco decir.

El motor de este M5 CS es el más potente que jamás haya tenido un BMW M bajo su capó: 635 CV.

Probablemente, sus rivales más directos sean el Porsche Panamera Turbo S de 630 CV o, incluso, el Mercedes AMG GT en su versión de cuatro puertas Coupé y, como BMW y Porsche, con un motor V8 bajo el capó. El del AMG es, por poco, el más potente de los tres, con 639 CV.

Aligerado para ganar agilidad

Además, a lo anterior el BMW M5 CS añade que es más ligero que otros M5, puesto que se ha llevado a cabo un importante adelgazamiento de 70 kg respecto al Competition. Junto al afinamiento, aún más si cabe, del chasis -muelles, amortiguadores y estabilizadoras específicos, junto a nuevos rodamientos de los cojinetes o neumáticos Pirelli P Zero Corsa de serie- y la tracción total con nueva puesta a punto, el BMW M5 CS promete ser tanto un coche ideal para circuito, como para desplazarse disfrutando de una experiencia única. Y hasta muy divertida si prescindimos de los modos 4WD o 4WD Sport y decimos elegir el modo 2WD que lo convierte en un puro coche de propulsión.

Tracción total, sí, pero con la posibilidad de convertirlo en un puro tracción trasera para disfrutar de la máxima agilidad.

Tanto para lo uno como para lo otro, el interior está definido sólo para cuatro ocupantes, no cinco como los otros M5, gracias a que se incorporan asientos individuales traseros. Todos están tapizados en cuero Merino negro, con detalles de contraste en rojo, pero los delanteros M Carbon tienen la particularidad de que esta tapicería es de grano fino. También en estos el logotipo M5 queda iluminado en los reposacabezas integrados.

Como si de un coupé rabiosamente deportivo se tratase, los pasajeros también disponen de bacquets, como el conductor y copiloto.

El BMW M5 CS acelera de 0 a 100 km/h en sólo 3,0 segundos -unas décimas más deprisa que sus dos rivales- y, si quieres experimentar lo que ocurre cuando sigues presionando el acelerador y llegar a los 200 km/h, alcanza esa velocidad en sólo 10,4 s: un tiempazo. Además, su velocidad máxima es de 305 km/h. Por supuesto, limitada electrónicamente porque, por poder, podría ir aún más rápido.

Exclusividad a raudales

Para darle más carácter exclusivo, el BMW M5 CS tiene un volante tapizado en Alcantara con un punto central rojo, las levas del cambio están hechas con fibra de carbono y los radios tienen molduras con lo que la marca llama “acabado Black Chrome”. El reposabrazos central se elimina situando en su lugar una cubierta fija y aparecen distintivos CS en salpicadero y entre los asientos.

La pantalla central de 12,3" permite acceder a los sistemas dinámicos de conducción. También dispone de un head-up display o de la instrumentación M View.

La distinción también llega a la carrocería, donde hay elementos en Gold Bronze, como los marcos de los riñones frontales o las llantas de 20”, mientras que los faros Laser emiten una luz amarilla en lugar de blanca para la función de luz de cruce, carretera o bienvenidad.

Capó, faldón, carcasas de los retrovisores, alerón y difusor trasero, además de la cubierta del motor y el conducto de admisión que no están a alcance de la vista si no se abre el capó, están realizados en plástico reforzado con fibra de carbono (CFRP). El escape, por su parte, es de acero inoxidable con cuatro salidas a la vista y los frenos son los M carbono-cerámicos con pinzas pintadas en rojo, aunque si su comprador lo prefiere pueden pintarse de color oro, como esos detalles de la carrocería o llantas.

Los detalles en Gold Bronze, incluidos hasta en las llantas, hacen sentir muy especial a este BMW M5 CS a simple vista.

También, claro, la pintura del BMW M5 CS se sale de lo normal: de serie es la Brand Hatch Grey metalizada que forma parte de la selección habitual de todo M5, pero con la alternativa de poder incorporar en su lugar con los exclusivos acabados mate BMW Individual Frozen Brands Hatch Grey metalizado y Frozen Deep Green metalizado.