Con cambios fundamentalmente vertidos en su frontal Jaguar prepara a los XF -4,96 m-, tanto para la carrocería de berlina como la familiar Sportbreak, y al XE -4,67 m de largo-, para un relanzamiento comercial.
Además, en el interior se produce un rediseño completo de la consola central, donde el XF pierde el mando giratorio que se usaba para la selección del cambio. La pantalla central de 11,4” más grande que antes, es táctil y tiene un cristal curvado con un inferfaz más sencillo para el sistema Pivi Pro que permite llegar al 90 por ciento de las funciones con dos pulsaciones o menos. Hay otra, de 12,3” para la instrumentación.
Además, el cargador inalámbrico de smartphone -tiene Apple CarPlay de serie- se añade como opción de equipamiento. Se pueden conectar hasta dos teléfonos a la vez por Bluetooth con el nuevo sistema operativo, que también puede realizar actualizaciones a distancia. Hay nuevas inserciones para decorar el salpicadero o asientos diferentes, con más funciones que antes.
En el Jaguar XE la pantalla sigue estando integrada, no superpuesta como en el XF, y estrena, como en su hermano pequeño, nuevos mandos para la climatización. La instrumentación es configurable en la pantalla de 12,3” y a su información puede sumarse la de un head-up display, al igual que ocurre en el XF. Es nuevo el sistema de ventilación de los asientos, ahora con masaje en opción y el climatizador con ionizador se convierte en una opción.
Otros elementos recién incorporados son la llave de actividad portátil, una pulsera que se puede usar para arrancar, abrir o cerrar el coche; el retrovisor interior con cámara, un sistema de cancelación de ruido, faros LED matriciales o no y un sistema que advierte de si, al abrir la puerta, se aproximan vehículos por el ángulo muerto.
Microhibridación para el Diesel básico
Ambos incorporan una nueva versión, la D200, con un Diesel de cuatro cilindros y 2 litros que aporta 204 CV. Tiene un sistema microhíbrido de 48 voltios (MHEV) basado en un generador de arranque asociado por correa con el motor. Está disponible con tracción trasera o total pero, como el resto de motores, siempre con cambio automático de ocho velocidades. Su consumo homologado mínimo es de 4,9 l/100 km, lo que supone costes de mantenimiento un 14 por ciento menores que el motor de 180 CV al que reemplaza.
En gasolina la oferta la constituyen, para ambos, las versiones P250 de propulsión o tracción total y P300 sólo con esta última, con la potencia que indican sus denominaciones
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