Aquaplaning

Vuelven las lluvias y con ellas uno de los mayores peligros en el coche

El aquaplaning provoca que los neumáticos pierdan el contacto con el asfalto

El aquaplaning provoca que los neumáticos pierdan el contacto con el asfalto

El otoño se acerca y las primeras lluvias ya se dejan sentir en gran parte del territorio español. Durante este tipo de sucesos meteorológicos, hay que extremar la precaución al volante, debido a que es una de las mayores causas de accidentes en la carretera, sobre todo a causa de los embotellamientos, problemas de visibilidad o el poco agarre de los neumáticos.

Se estima que hasta el 7 % de los siniestros producidos en carreteras se debe a la lluvia, siendo la situación que más accidentes conlleva. La Dirección General de Tráfico, DGT, ha actualizado las recomendaciones para evitar todo tipo de peligros y riesgos provocados por la aparición de este fenómeno meteorológico.

'Aquaplaning', el fenómeno más habitual con lluvia

Con la presencia de agua en el asfalto se produce una alteración de el coeficiente de rozamiento de nuestros vehículos con dicha calzada. Este fenómeno se conoce como Aquaplaning y provoca que el neumático pierda su agarre, ocasionando mayor posibilidad de deslizamientos y pérdida del control del vehículo.

La DGT, ante situaciones de posibles lluvias, recomienda realizar una revisión de las ruedas de nuestro vehículo y valorar su estado actual, debido a que cuanto más desgastado o con falta de presión se halle más riesgo de sufrir deslizamiento sufriremos. De igual modo, en situaciones adversas meteorológicas, el organismo recomienda reducir la velocidad y aumentar la distancia de seguridad con el vehículo que nos precede. 

Otra de las cuestiones a tener en cuenta durante la revisión de los neumáticos es la profundidad de sus dibujos. Cuanto menos profundidad tengan menos capacidad de agua serán capaces de eliminar, lo que provocará que si se producen lluvias y el terreno está mojado, las ruedas pierdan el contacto con el suelo. La profundidad establecida se encuentra en 1,6 milímetros, debiendo cambiar las ruedas cuando cuenten con una profundidad de 2 mm.

El aquaplaning se da cuando el neumático no consigue desalojar el agua existente por lo que se comienza a acumular frente a la cubierta. Este agua que se encuentra obstaculizando a la rueda anula el agarre de la misma. Al rodar por encima del agua, el rozamiento se reduce y realiza una fuerza sobre el suelo mínima. Esto es lo que provoca los deslizamientos en carreteras húmedas o mojadas.

Si no se consiguiera evitar el aquaplaning, lo primero es sujetar el volante con firmeza sin frenar a fondo. Cuando se consiga recuperar el agarre podremos corregir la trayectoria de nuestro vehículo de forma suave.

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