Para combatir el cambio climático un paso fundamental está en el desarrollo de modos de transporte con menor huella de carbono. La electrificación forma un componente esencial de este proceso, ya que la un vehículo eléctrico es la mitad que la de uno con motores e gasolina o diésel. Es por eso que a 8 de cada 10 personas en Europa les gustaría ver una adopción más generalizada de vehículos eléctricos e híbridos durante la próxima década.

Las principales razones que impiden que los europeos adopten plenamente la movilidad eléctrica son el alto precio de compra de los vehículos, la preocupación sobre la autonomía, así como la forma de recargar y el tiempo que lleva. Más de la mitad de las personas esperan que los fabricantes desarrollen y comercialicen vehículos eléctricos que sean más asequibles.

El precio, la autonomía y los tiempos de recarga están entre las principales dificultades que detectan los europeos para decantarse por un coche eléctrico.

En cuanto a los españoles, un estudio de Ipsos revela que un 56 por ciento de ellos piensa que su próximo vehículo será eléctrico y les permitirá reducir la contaminación. Una percepción incluso mucho más alta que en Europa, que se sitúa en un 44 por ciento.

El 91 por ciento de los españoles desea su desarrollo en los próximos 10 años, frente al 65 por ciento de los alemanes. A pesar de ello, la transición hacia una movilidad electrificada sigue siendo lenta.