Presidencia de los EEUU

Bloomberg, el multimillonario filantrópico que quiere llegar a la Casa Blanca

  • El ex alcalde de Nueva York, noveno hombre más rico del mundo, decide presentarse a las primarias demócratas para "batir a Trump"

Michael Bloomberg

Michael Bloomberg / EFE

El ex alcalde de Nueva York Michael Bloomberg, multimillonario y filántropo, ha decidido este domingo dejar su lucha política entre bambalinas y presentarse a las primarias demócratas con el objetivo último de batir al presidente Donald Trump, cuyas políticas califica de temerarias y poco éticas.

Bloomberg, de 77 años y que se ha movido durante su carrera cómodamente tanto entre las filas del partido Republicano, por el que se presentó a la alcaldía de Nueva York en 2001, como entre las del Demócrata, a cuyos aspirantes ha apoyado a lo largo de los años, cumple con este paso una amenaza recurrente en la pasada década.

En 2008, todavía siendo alcalde de Nueva York, puesto que ocupó entre 2001 y 2013, ya se desataron los rumores sobre su supuesta intención de concurrir a la carrera presidencial hacia el Despacho Oval como independiente, aunque finalmente mostró su apoyo a Barack Obama.

Unas murmuraciones que regresaron en vísperas de los comicios de 2012 y que el propio magnate acalló anunciando en abril de 2011 que no se presentaría.

"Me postulo para presidente para derrotar a Donald Trump y reconstruir América (EEUU). No podemos permitirnos cuatro años más de acciones temerarias y poco éticas del presidente Trump", aseguró Bloomberg, que en 2011 describía a Trump como un "icono" neoyorquino y un amigo.

Fundador de la agencia de información económica que lleva su nombre, Bloomberg se presenta como un empresario de éxito decidido a autofinanciarse la campaña electoral, poseedor de una "condición única" por su "experiencia en los negocios, gobierno y filantropía" que, supuestamente, le permitirá "ganar y liderar".

La revista Forbes calcula su fortuna en torno a los 54.000 millones de dólares y lo sitúa como el noveno hombre más rico del mundo y el octavo a nivel estadounidense.

Hoy, el multimillonario describe a su antiguo amigo Trump como "un empresario que fracasó y tuvo que declararse en quiebra varias veces antes de iniciar su campaña presidencial, la cual fue creada con promesas vacías".

"Sus acciones negligentes durante su mandato han afectado a los estadounidenses y han debilitado nuestro país", sostiene el empresario, nacido el 14 de febrero de 1942 en la ciudad de Boston (Massachussetts) en el seno de una familia de clase media y que considera que cuatro años más de Trump al frente de la Administración pueden causar "un daño irreparable".

Como adelanto a su candidatura, "Mike" -como él mismo se presenta ante los votantes- lanzó el pasado día 15 una campaña digital de 100 millones de dólares, diseñada para atacar al presidente Trump en los estados que serán el campo de batalla principal para decidir las elecciones de 2020: Arizona, Michigan, Pensilvania y Wisconsin.

Este viernes, en su recién estrenada página web de campaña, escrita en inglés y español, presenta los principales puntos de su programa: luchar contra una economía "inclinada en contra de la mayoría de los ciudadanos", cambiar el sistema de salud, que considera "demasiado costoso y que no brinda cobertura a todos los ciudadanos estadounidenses", y luchar contra "la violencia con armas de fuego".

Pero, además, promete abordar el actual "sistema inmigratorio, que es cruel y disfuncional" y la crisis climática, así como contra los "grupos de interés que corrompen Washington y no permiten avanzar para resolver estos problemas".

Sin embargo, el anciano aspirante, que se sitúa en el entorno de los candidatos demócratas más moderados, como el exvicepresidente Joe Biden, la senadora Elizabeth Warren o el alcalde Pete Buttigieg, no tendrá fácil abrirse un hueco entre los favoritos, que llevan ya meses de campaña electoral.

De hecho, llega tarde ya para competir en algunos estados donde ya se han cerrado los plazos.

Además, aunque se presenta como el alcalde que recuperó Nueva York tras los atentados de 2001 y que redujo la violencia en la ciudad a mínimos históricos, muchos latinos y afroamericanos todavía recuerdan la polémica práctica policial de parar y cachear a los viandantes y que afectó especialmente a estas dos comunidades.

El pasado fin de semana, en un claro gesto electoral hacia estos dos grupos clave para los demócratas, pidió perdón por esta ley que introdujo cuando gestionaba la ciudad.

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