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Corea del Norte y EEUU acercan posturas para celebrar una nueva cumbre

  • Kim Jong-Un y el secretario de Estado de los EEUU, Mike Pompeo, se reúnen y muestran ambos su optimismo para una nueva reunión entre los líderes mundiales.

Pompeo da la mano a Kim Jong-Um

Pompeo da la mano a Kim Jong-Um / Efe

El líder norcoreano, Kim Jong-un, y el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, destacaron los acercamientos logrados para celebrar una segunda cumbre bilateral, tras mantener una "productiva" reunión en la víspera en Pionyang.

Kim expresó a través de los medios estatales su optimismo de cara a organizar un nueva cita con el presidente estadounidense, Donald Trump, para avanzar en el proceso de desnuclearización, mientras que el jefe de la diplomacia estadounidense valoró de forma muy positiva el resultado de su cuarta visita a Pionyang.

Los medios norcoreanos ilustraron las informaciones publicadas sobre la reunión de la víspera con fotografías en las que Kim y Pompeo aparecen sonrientes, estrechándose la mano o departiendo de forma distendida, lo que escenifica un reencaminamiento del diálogo tras los roces entre ambas partes de los últimos meses.

Durante la reunión, Kim exteriorizó su "deseo y convicción" de que "las negociaciones basadas en una profunda confianza" entre los líderes de ambos países llegarán a buen puerto, y de que se acordará "más pronto que tarde un buen programa" para la segunda cumbre bilateral, según recoge la agencia estatal KCNA.

En la misma línea, Pompeo dijo que ambas partes están "muy cerca" de alcanzar un acuerdo para convocar la nueva cumbre "lo antes posible", y afirmó que Trump y Kim harán "progresos significativos" para la desnuclearización de la península, en declaraciones a los medios en Seúl tras su paso por la capital norcoreana.

En particular, Washington y Pionyang acordaron en la reunión del domingo establecer equipos de trabajo para tratar tanto la cumbre como el propio proceso de desnuclearización que se pactó en el histórico primer encuentro bilateral de alto nivel celebrada el pasado junio en Singapur.

En esa cita ambas partes habían pactado trabajar para la desnuclearización del régimen a cambio de asegurar la supervivencia del mismo, aunque desde entonces el diálogo se estancó debido a sus divergencias sobre cómo afrontar este proceso.

Si bien Pompeo destacó los "avances significativos" para desbloquear las conversaciones, no quiso desvelar más sobre el contenido de su reunión en Pionyang para no comprometer el proceso de diálogo.

El jefe de la diplomacia estadounidense se limitó a decir que trató con Kim "las medidas que Corea del Norte debe llevar a cabo para desnuclearizarse, posibles visitas de representantes estadounidenses (a Corea del Norte) y la manera en que EEUU podría adoptar medidas correspondientes".

La Casa Blanca viene reclamado acciones más firmes del régimen para mostrar su voluntad de desnuclarizarse, mientras que Pionyang ha manifestado que no desmantelará su programa nuclear si EEUU no muestra antes voluntad de levantar sanciones y firmar un tratado de paz con el régimen para garantizar su supervivencia.

Asimismo, en la cumbre intercoreana de septiembre Pionyang se comprometió a desmantelar su central de Yongbyon, epicentro de su programa nuclear, si Washington adoptaba "medidas correspondientes" con base en lo acordado en la primera cumbre entre Trump y Kim.

Por su parte, el presidente surcoreano, Moon Jae-in, afirmó que Washington y Pionyang "han creado las condiciones y el ambiente necesarios" para celebrar una segunda cumbre "en una fecha temprana", tras recibir a Pompeo en Seúl a su vuelta de Corea del Norte.

Estados Unidos, al igual que Corea del Sur, permanece técnicamente en guerra con el Norte debido a que el conflicto armado en la península (1950-1953) se cerró con un alto el fuego en vez de un tratado de paz.

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