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El caos se apodera de miles de afganos desesperados por cruzar a Pakistán

  • Las estampidas han causado varios muertos entre los ciudadanos que aguardan durante días esperando en el paso fronterizo de Turkham

Una imagen reciente del paso fronterizo de Turkham.

Una imagen reciente del paso fronterizo de Turkham. / Twitter

El caos se apodera de miles de afganos que acuden desesperadamente al cruce fronterizo de Turkham, en el este de Afganistán, para entrar en Pakistán, después de que el pasado jueves reabriese sus puertas tras permanecer cerrada desde la toma de poder de los talibanes hace más de dos meses.

"Es como el día del juicio final en Turkham, hay miles de personas, la mayoría esperando en el lado afgano en filas multitudinarias y todos están tratando de acercarse a la puerta para entrar en Pakistán", explica Ziarat Gul, un trabajador del cruce.

Gul asegura que se producen estampidas cada pocos minutos y que las mujeres y niños, así como los enfermos son los "más afectados", al ser aplastados por la multitud mientras tratan de avanzar hacia la puerta sin agua ni comida y, en ocasiones, perdiendo por el camino parte de sus pertenencias.

"Todo el mundo está empujando hacia la puerta, los niños y las mujeres lloran y la situación no es buena", ya que "sólo unos pocos tienen suerte y cruzan la frontera a Pakistán en un solo día", agrega.

Largas horas de espera

Ya sea para recibir tratamiento médico, por temas de estudio, visitas familiares o para huir de Afganistán hacia otros países por las amenazas de los talibanes, miles de personas esperan durante días para llegar a las puertas del puesto fronterizo entre el caos.

"Llegamos a Turkham el viernes por la mañana temprano, hacia las cuatro de la mañana. Esperamos entre la multitud hasta que entramos a Pakistán" 36 horas después, relata Sayeeda Irfan, una mujer que trataba de cruzar junto con sus dos hijos y su marido.

Irfan asegura que en ese tiempo al menos cinco niños fallecieron en las estampidas, y añade que su hija de tres años se salvó de morir aplastada gracias a que los talibanes se apresuraron en poner orden en las filas para evitar aglomeraciones.

"Spogmai (su hija) estuvo inconsciente unos minutos. Ahora está bien, aunque a veces llora. Veremos si tiene alguna herida interna una vez que lleguemos a Peshawar", ciudad en el norte de Pakistán, anota.

Los talibanes tratan de mantener la calma entre la multitud desesperada azotando a la gente con palos, cables y golpes con armas, mientras las autoridades del cruce dejan pasar sólo a aquellas personas con documentos oficiales, pasaportes o visado pakistaní.

Caos y desesperación

Pero incluso así, la multitud sigue agolpada en Turkham, obligando a veces a cerrar temporalmente la puerta ante el caos y la desesperación que se vive, dice un portavoz de la oficina del gobernador de Nangarhar, provincia occidental afgana donde se encuentra este paso fronterizo.

Por Turkham sólo podían cruzar hasta el pasado jueves camiones con suministros, ya se trata de uno de los principales puntos de conexión entre ambos países junto a Spin-Boldak, situado en el estado sureño de Kandahar, que todavía permanece cerrado.

La situación que se vive en la zona obligó desde este fin de semana a algunos a regresar a sus hogares, cansados tras más de tres días esperando en la frontera, ya que tampoco han podido hospedarse en un hotel cercano ante la cantidad de personas que se han desplazado hasta Turkham.

La mayoría de los afganos que desean cruzar la frontera están huyendo de Afganistán como consecuencia de la toma de poder por parte de los talibanes el pasado 15 agosto. "Algunas personas quieren vivir en Pakistán y otras están en las listas de evacuación o están tratando de viajar a países occidentales", señala un funcionario del cruce que pide el anonimato.

Es el caso de Abdul Nasir, que primero intentó huir del país en un vuelo de evacuación, pero las escenas de caos que se vivieron en esos días le impidió acceder al aeropuerto de Kabul, pese a disponer de todos los documentos. Ahora, Nasir y su familia tratan de cruzar el paso fronterizo para viajar hacia Canadá desde Pakistán. "Para ser honesto, Afganistán ya no es un lugar para vivir para personas como yo. Quiero que mis hijos puedan ir libremente a la escuela, que mi familia se mueva libremente por la ciudad y quiero vivir mi vida a mi manera; éstas son las cosas que son casi imposibles bajo el Gobierno talibán", lamenta.

Se calcula que más 120.000 afganos huyeron de Afganistán el pasado agosto en un proceso caótico de evacuación después de que los talibanes tomaron el poder tras una ofensiva relámpago motivada por el anuncio de retirada oficial de tropas extranjeras el pasado 1 de mayo.

Pero aún quedan decenas de miles de personas atrapadas en Afganistán y disponen de todos los documentos legales de viaje. Ante la imposibilidad de huir por vía aérea, al no operar vuelos desde la mayoría de los aeropuertos afganos, la reapertura de Turkham es vista como la única esperanza para muchos de empezar una nueva al margen del régimen talibán.

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