Crisis de combustible

El combustible sigue sin llegar a una de cada diez gasolineras en Reino Unido

Carteles en los dispensadores de gasolina

Carteles en los dispensadores de gasolina

Algunas de las estaciones de servicio de Londres y el sureste de Inglaterra aún no han podido solventar el problema de escasez en los surtidores. Esto se debe a la escasez de transportistas y el incremento de la demanda por temor al desabastecimiento, indicó este martes la Asociación de Gasolineras Minoristas británica (PRA, en inglés).

La situación "continúa siendo grave" en esas zonas, aunque en los últimos días ha mejorado respecto a semanas atrás, cuando miles de gasolineras de todo el país se vieron obligadas a cerrar, afirmó a los medios el presidente de la asociación, Brian Madderson.

Todavía hay "muchas estaciones que se secan rápidamente porque la continuidad de las entregas sigue estando desequilibrada respecto a los pedidos", señaló Madderson.

"La necesidad de reabastecer las estaciones en Londres y el sureste es mayor" que en otras zonas del país, porque "hay más vehículos que rellenan (sus depósitos) por estación que en la media del Reino Unido", agregó.

La crisis de las gasolineras comenzó cuando el 23 de septiembre la petrolera BP anunció la clausura de algunas de sus estaciones ante la falta de transportistas para entregar el combustible.

La demanda se disparó en los días siguientes, en los que se formaron largas colas en estaciones de servicio de todo el país, lo que, a su vez, agravó el desabastecimiento.

Cerca de 200 militares contribuyen desde hace una semana al reparto de combustible, mientras que el Gobierno ha anunciado la expedición de 5.000 permisos de trabajo temporales para que las empresas de transporte británicas contraten a conductores extranjeros

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