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Un centenar de arrestos en otra protesta de los 'chalecos amarillos'

  • El portavoz del Gobierno es evacuado de su despacho: "Es un ataque a la democracia", afirma.

Nuevos altercados en otra marcha de los 'chalecos amarillos' en París

Los altercados y los enfrentamientos con la Policía marcaron el octavo sábado consecutivo de protestas de los chalecos amarillos en Francia con manifestaciones que, sin ser multitudinarias, degeneraron en violencia en París y en otras ciudades y un centenar de detenidos.

El ministro del Interior, Christophe Castaner, cifró en 50.000 los manifestantes, lo que significa un claro repunte respecto a los 32.000 del pasado 29 de diciembre, aunque la cifra queda muy por debajo de los 282.000 que -siempre de acuerdo con las fuerzas del orden- que salieron a las calles el 17 de noviembre, en el momento álgido de la protesta.

Castaner, en declaraciones al canal LCI, minimizó ese incremento de la movilización haciendo notar que "50.000 es un poco más de una persona por municipio de Francia (...). Por tanto, se ve que este movimiento no es representativo de Francia".

En París, donde de acuerdo con la Prefectura de Policía los chalecos amarillos reunieron a 3.500 personas, todo empezó sin incidentes, pero las cosas se torcieron a media tarde durante la marcha entre el Ayuntamiento y la Asamblea Nacional.

A la altura del Museo de Orsay, varias decenas trataron de salirse del recorrido y cruzar el río Sena por la pasarela Léopold Sédar Senghor, pero las fuerzas del orden se lo impidieron con gases lacrimógenos y con cargas.

A partir de entonces, grupos de violentos multiplicaron los ataques a los agentes con todo tipo de proyectiles, quemaron contenedores, motos y algunos vehículos (incluso prendieron fuego a un barco-restaurante amarrado junto a las Tullerías) y extendieron las algaradas hacia el bulevar de Saint Germain con barricadas.

Al anochecer, los tumultos se extendieron también al barrio de los Campos Elíseos, donde pese a la presencia de los antidisturbios, ardieron contenedores y vehículos en algunas calles adyacentes. La prefectura de Policía indicó a Efe que hasta las 19:30 había 24 detenidos por su implicación en los disturbios.

Un grupo de chalecos amarillos participaron en el asalto del Ministerio de Relaciones con el Parlamento, donde causaron desperfectos en coches y donde tiene su despacho el portavoz del Gobierno, Benjamin Griveaux, que tuvo que ser evacuado junto a sus colaboradores por una puerta trasera.

Griveaux afirmó que no fue un ataque contra él, sino contra "la República" y "la democracia" y reiteró sus mensajes de la víspera, cuando había considerado que los que persisten en participar en las acciones de los "chalecos amarillos" son "agitadores" cuyo objetivo es "la insurrección" y derrocar al presidente, Emmanuel Macron.

Igualmente hubo incidentes en otras ciudades como Burdeos (4.600 manifestantes y 12 detenciones), Toulouse (más de 2.000 manifestantes y barricadas en el barrio de Carmes), Lille (más de 1.000 manifestantes y 42 arrestados), Ruán (1.500 manifestantes y 20 detenidos), Nantes, Rennes, Montpellier o Beauvais.

El aumento de los altercados y de los manifestantes con respecto a las dos últimas semanas contrastó con la decisión del Gobierno de reducir el dispositivo de seguridad: Se desplegaron 1.000 agentes en París y 4.000 en toda Francia. Lejos de los 89.000 movilizados el primer sábado de diciembre.

El primer ministro, Édouard Philippe, acudió por la tarde al departamento de Interior donde Castaner mantenía una reunión de crisis con los responsables de seguridad, en comunicación por vídeoconferencia con las prefecturas de todo país.

Además de las manifestaciones en las ciudades, los "chalecos amarillos" volvieron a repetir acciones de bloqueo en múltiples puntos de la red viaria.

Según la página de internet del Centro Nacional de Información Vial (Bison Futé), hubo perturbaciones, por ejemplo en el peaje de Castets en la autopista A63 al norte de Bayona; también cera de la frontera española en la N20 en Foix, en la A64 entre Pau y Tarbes y entre Tarbes y Saint Gaudens; en la A9 en Béziers y un poco más al norte en Montpellier.

A diferencia de lo que ocurrió en las primeras jornadas de protesta, en las que algunos dirigentes de la oposición -sobre todo de la extrema derecha y de la izquierda radical- acudieron a las manifestaciones, en esta ocasión brillaron por su ausencia.

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