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La primera ministra en funciones intentará formar un Gobierno de centro en Dinamarca

  • El bloque de centroizquierda que apoya a Frederiksen se proclama vencedor de los comicios del martes

La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, ofrece un discurso la noche electoral.

La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, ofrece un discurso la noche electoral. / Martin Sylvest (Efe)

La primera ministra danesa en funciones, la socialdemócrata Mette Frederiksen, buscará formar un Gobierno de centro tras recibir este miércoles de la reina Margarita II el encargo de dirigir las negociaciones políticas posteriores a las elecciones legislativas del martes.

Una mayoría de partidos eligió a Frederiksen, que iniciará los contactos este viernes, para ejercer ese papel después de entrevistarse en el Palacio Real con la monarca.

El bloque de centroizquierda que apoya a Frederiksen ganó los comicios y podría alcanzar los 90 escaños que marcan la mayoría absoluta con el apoyo de tres diputados de los territorios autónomos de las Islas Feroe y Groenlandia.

Pero Frederiksen, como ya había anunciado que haría la madrugada de este miércoles a la conclusión de un recuento muy ajustado, presentó la dimisión de su Gobierno socialdemócrata en minoría y reiteró su intención de apostar por uno de centro que incluya a fuerzas de la oposición, la idea que había defendido en campaña.

"Será muy muy difícil. Si es posible, no lo sabemos, pero vamos a intentarlo con todas nuestras fuerzas", dijo este miércoles Frederiksen en el tradicional debate de los líderes parlamentarios en el Club de Prensa en Copenhague el día después de los comicios.

Frederiksen resaltó que los daneses han "apoyado" su proyecto, aunque no quiso revelar con qué fuerzas piensa negociar y evitó marcar "líneas rojas". "Va a exigir que partidos que tradicionalmente han estado enfrentados se sienten en la misma mesa. Va a exigir confianza, tiempo y compromisos. Nadie va a poder ver realizados todos sus deseos", afirmó.

Ninguno de los partidos del bloque opositor se mostró inicialmente interesado en formar parte de un Gobierno con Frederiksen, aunque hubo también algún gesto conciliador.

"No hace falta estar en un Gobierno para colaborar", dijo Jakob Ellemann-Jensen, líder del Partido Liberal.

Tampoco hay muchos precedentes de un modelo así en Dinamarca: exceptuando los gobiernos de concentración durante las Guerras Mundiales, socialdemócratas y liberales sólo han gobernando una vez juntos, durante apenas un año, a finales de la década de 1970.

Formar un Ejecutivo de centro fue la idea central de Los Moderados, el proyecto político del ex primer ministro liberal Lars Løkke Rasmussen, que irrumpió en el Parlamento con 16 escaños, pero que acabó perdiendo su condición de árbitro electoral imprescindible en el tramo final del recuento.

"¿Dónde se puede encontrar la mayoría que quiere asumir la responsabilidad colectiva? Mi estimación es que creo que se puede encontrar una mayoría en el Parlamento para crear un programa político común", afirmó Rasmussen.

El Partido Socialdemócrata fue la fuerza más votada y obtuvo el 27,5%, dos puntos más que en los anteriores comicios de 2019 y sus mejores números en dos décadas.

Perdieron terreno en cambio varios de sus aliados, en especial el Partido Social Liberal, que bajó cinco puntos hasta el 3,7%.

Los social liberales fueron los que forzaron a Frederiksen a convocar elecciones anticipadas, por un escándalo político vinculado al sacrificio de millones de visones en otoño de 2020 por una mutación del coronavirus.

Su líder, Sofie Carsten Nielsen, anunció este miércoles su dimisión ante el mal resultado.

El Partido Liberal mantuvo su condición de primera fuerza del bloque de derecha, pero con apenas el 13,3%, el peor resultado en 34 años.

La caída de los liberales obedece en buena medida a la aparición de dos nuevas fuerzas creadas por dos ex figuras de ese partido: Los Moderados, que se colocarían como tercer partido con el 9,3%; y el xenófobo Demócratas de Dinamarca, de la ex ministra de Integración Inger Støjberg, con el 8,1%.

El Partido Socialista Popular, con el 8,3%, mejoró ligeramente sus números de 2019, mientras que Alianza Liberal, con el 7,6%, triplicó su resultado.

El Partido Conservador, que a principios de verano aparecía en los sondeos como la primera fuerza del bloque de derecha, cayó hasta el 5,6%.

También entraron en el Parlamento la rojiverde Lista Unitaria, los ecologistas de La Alternativa y otras dos fuerzas antiinmigración, Nueva Derecha y el Partido Popular Danés (DF), que continúa con su deriva después de llegar a ser en 2015 la segunda fuerza más votada en Dinamarca, pero que ahora no llega ni al 3%.

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