Cultura

Amor bajo el signo del albero

A lo largo de la historia, la impronta de los toreros ha sido motivo de inspiración para multitud de obras de arte, libros y hasta óperas. Es la suya casi una figura mágica a cuyo paso se han rendido los corazones de hermosas mujeres junto a las que han formado parejas tan populares como las de Manolete y la actriz Lupe Sino o la también intérprete Lucía Bosé y Luis Miguel Dominguín. Unos torrenciales romances de los que hemos sido testigos a través de los medios de comunicación y que, hoy día, protagonizan gran parte de la actualidad social que todos seguimos. Con la temporada de la Real Maestranza de Sevilla ya en marcha, numerosas son las miradas que se fijan en los principales integrantes de los carteles de las corridas que, a continuación, repasamos en un listado encabezado por Francisco Rivera Ordóñez. Nieto de Antonio Ordóñez, descendiente de Paquirri y de Carmen Ordóñez, casado con Eugenia Martínez de Irujo, unido sentimentalmente a la prima de ésta, Blanca Martínez de Irujo, Francisco está entre los que más expectación despiertan y en torno a cuya vida más comentarios se han escuchado. Muy accesible en los últimos tiempos, su atractivo personal le ha valido, además, para ser requerido por diversas firmas comerciales que le han considerado una imagen perfecta para promocionar sus productos.

Muy de cerca en interés le sigue Javier Conde de quien queda atrás un pasado donde estuvo unido a la cantante Marta Sánchez. Fue a finales de la década de los noventa cuando la "diva del pop" y el matador coincidieron en su camino, compartiendo tres años de idilio que, lamentablemente, concluyeron con la ruptura de la pareja. Más tarde ella conocería a su marido, Jesús Cabanas, y Conde encontró al amor de su vida, Estrella Morente, con la que se casó en Granada a mediados de diciembre del 2001. Dos hijos atestiguan la felicidad que reina en esta familia donde, el arte con mayúsculas, es el centro en torno al que gira la actividad de sus integrantes.

Menos afortunados en paternidad habían sido Enrique Ponce y Paloma Cuevas que, tras once años de paz conyugal, el pasado mes de julio lograron, por fin, anunciar su esperado embarazo. Eso significa, si las cuentas no fallan, que la hija de Victoriano Valencia está a punto de dar a luz en breve, situación por la que ha preferido guardar todo el reposo posible para evitar cualquier complicación en la gestación de su bebé. Espectacular durante todos estos meses, Paloma ha conservado su figura hasta casi el último instante, cuando se ha refugiado en la tranquilidad de su finca de campo.

Entre estos "veteranos de guerra", no podemos dejar atrás ni a Manuel Díaz, "El Cordobés", ni a Juan Serrano, "Finito de Córdoba". El primero decidió pasar por el altar con Vicky Martín Berrocal -que le dio a Alba, su primogénita- para, acabada la pasión pero no el cariño, reincidir con la venezolana Virginia Troconis -madre de sus dos siguientes retoños-. Por su parte, Finito convenció a Arancha del Sol para que la presentadora aparcase su carrera y se dedicara, en cuerpo y alma, a un proyecto común que espera sumar, a la pequeña Lucía, un nuevo miembro del que, poco a poco, se irán conociendo más datos.

Y respecto a las nuevas generaciones, muy pudorosas para sus asuntos, el conocido como "templo del toreo" acogerá nombres como los de Julián López, El Juli, en torno al que existen rumores apuntando al estado de "buena esperanza" del que disfrutaría su reciente mujer, Rosario Domecq, y a Morante de la Puebla, quien, aparte de para su torería, también ha sabido rodearse de misterio en lo que a su privacidad se refiere. Eso no quita para que haya trascendido que Cinthya, su mujer, diera a su compañero un posible continuador de su legado .

Dedicamos las líneas finales para el galán de los ruedos, poseedor de una contundente belleza que le ha valido para, en la mismísima revista Vogue, dejar bien claro cómo, bajo el traje de luces, hay también cuerpos dignos de ser admirados por su condición humana. Un "soltero de oro" en espera de ser conquistado por posibles candidatas. Para no pensárselo dos veces.

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