Cultura

Bernardo Miranda y Luis Calderito impregnan El Morato de magia flamenca

  • Concierto histórico el que se vivió el viernes en esta peña almeriense donde hubo mucho duende

¡Qué noche de cante y toque! ¡Qué duende!, ¡que magia!, ¡que manera de cantar y tocar!, el duende flamenco visitó a la Peña el Morato a través de Bernardo Miranda y Luis Calderito, se puede llegar a cantar y tocar quizás en algún momento igual, pero mejor creo que es imposible.

Este joven talento de Fernán Nuñez (Córdoba) con la guitarra excepcional de otro gran talento de la guitarra flamenca como es Calderito de La Guijarrosa (Córdoba), la "liaron" y de que manera en la Cueva del Morato, comenzó Bernardo con unos cantes ligados donde estuvo presente una Zambra, recordando a Curro de Utrera, Juan Varea y otros, ligando con la Liviana y Serrana de una ejecución extraordinaria, continuó con Malagueñas y Abandolaos, para cerrar con unos Caracoles con el acompañamiento a las palmas de la bailaora Yolanda Osuna, la primera parte.

En la segunda parte cantó por Seguiriyas y Soleá "pa romperse la camisa" como diría Antonio Mairena, sencillamente ¡¡¡magistrall!!! con que garra y temple a la vez llevó Bernardo estos cantes, que dulzura en los bajos, que manera de mecer el cante ahí para elevarlo luego a los altares, la emoción corrió por la peña abarrotada, imposible de contenerse, después vinieron Alegrías, Fandangos y Bulerías, la guitarra de Luis "Calderito" Sublime, apoteósica, sensacional, magistral, enorme, fantástica y todo lo que se pueda decir es poco, el éxtasis fue total.

Un recital para ponerle "un marco de oro". Pero la noche no acabó ahí, Ángeles Borrallo, acordeonista y presidenta de la peña flamenca de Montemayor, interpretó junto a Luis Calderito a la guitarra, temas esenciales como Volver, Habaneras de Cádiz, Manolete y Coplas por Bulerías, después subieron al escenario Conchi de Arahal, Bernardo Miranda (padre) y el joven Bebe con la guitarra de Niño de las Cuevas, interpretando diversos cantes hasta bien entrada la madrugada. Noche de ensueño.

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