‘Carmen: Pasión y Odio’, de la compañía ‘Duende’, dirigida y fundada por Mercedes Alcalá, fue el espectáculo que llegó este fin de semana al Castillo del Marqués de Los Vélez de Cuevas del Almanzora, en el V Festival Flamenco del Jaroso, y que hizo vibrar a los más de 400 espectadores que ocuparon el anfiteatro en la veraniega noche del pasado sábado.

La titular de la concejalía de Cultura y Turismo, organizadora del evento, María Isabel Ponce, recordó que el Festival Flamenco del Jaroso nació como homenaje permanente a los mineros de Sierra Almagrera, protagonistas de uno de los episodios más importantes de la historia de Cuevas y de la provincia almeriense y, por supuesto, imprescindibles para configurar lo que se conoce como los cantes del Levante, donde esta comarca y Almería resultaron decisivos.

La mágica velada condensó en poco más de una hora algunos de los más profundos sentimientos del ser humano en una representación que puso los vellos de punta a todo el auditorio, por el arte, el sentimiento y la garra que desprendieron los integrantes de la compañía de baile flamenco ‘Duende’ en cada uno de los fragmentos de la actuación.

La danza y la música envolvieron a los presentes en esta representación de una historia de amor en la que tuvieron lugar esos impulsos y deseos humanos que no responden a la razón, que dominan la voluntad y que van más allá de toda lógica.

Este nuevo espectáculo de ‘Duende’, una compañía con más de 19 años de trayectoria, y 15 espectáculos a sus espaldas, mostró esa experiencia y amplio recorrido que les ha llevado a todos los rincones de España y buena parte del extranjero, llegando a Cuevas del Almanzora con una ‘obra’ de calidad artística y de calado profesional.

La fundadora y directora de la compañía, bailaora, coreógrafa, profesora y artista, Mercedes Alcalá, mostró, con este espectáculo, la versatilidad de sus coreografías y esa forma de transmitir tan única, tan envolvente. Bailaores profesionales y músicos de primer nivel dirigidos por Salvador Andrades y Tatiana Alves pusieron en pie a un público entregado en el impresionante marco que siempre ofrece el Castillo cuevano.