Cultura

El Círculo Mercantil acogió el sábado el mejor repertorio del violonchelista Dragos Balan

  • El músico rumano llenó el Salón Noble con una interpretación intima basada en piezas de Bach

El amor por el violonchelo le viene de cuna, ya que su padre, Romeo Liviu ya era un maestro de este instrumento en su ciudad natal. Dragos Balan (1980) pese a su juventud, se ha hecho con un merecido hueco en la agenda cultural de distintas localidades y países y ahora ha conquistado, con su música, el corazón de los melómanos almerienses.

El concierto que ofreció en el Salón Noble del Círculo Mercantil enamoró al público que llenó prácticamente la sala, y que estuvieron en respetuoso silencio hasta que sonó la última nota. Si ya es complejo enfrentarse al pentagrama con la única compañía de un instrumento, más aún lo es si el autor seleccionado para el espectáculo es Bach. Con la 1ª Suite empezó el concierto que mantuvo en vilo a los presentes entre los que se encontraban algunos niños que no quisieron perder detalle de lo que pasaba encima de las tablas.

A continuación, tras un ligero silencio que sirvió al músico para tomar aire y regresar a un envidiable estado de concentración, sonaron los primeros compases de la 3ª Suite de Bach para luego continuar desarrollando un intenso programa que finalizaría con la 5ª del mismo autor.

Durante todo el recital, Balan mostró lo mejor de sí mismo, lo que le ha valido para fraguarse un nombre destacado dentro del mundo de la música clásica. En el año 1996, ingresó en la Escuela Superior de Música Reina Sofía, donde estuvo a las órdenes del maestro Frans Herlmerson.

Posteriormente, continuó una ardua formación y en el transcurso de la misma pudo compartir experiencias con grandes maestros. Todo ello le hizo merecedor en el año 2004 de la plaza de Primer Violonchelo de la Orquesta Titular del Teatro Real de Madrid.

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