No defraudó las expectativas, el sábado en el Auditorio Maestro Padilla, la primera entrega de El Club de Los Increíbles, un espectáculo de música y humor que volverá en próximas fechas al mismo recinto y que, para su estreno, había agotado todas las localidades. El Auditorio presentaba un espectacular aspecto, con todo absolutamente lleno y los cómicos respondieron con una complicidad espectacular y más de dos horas de show en el que no cesaron de escucharse las risas.

El monologuista Julio a Secas mantuvo el hilo conductor, acompañado por las actuaciones de los también monologuistas Mawy, Txabi Franquesa y Dani Rovira, además de la actuación inicial del cantante almeriense Samuel Cuenda, que dedicó su canción al niño almeriense Eduardo Márquez, que sufre la enfermedad de Pfeiffer y a quien estuvo destinada parte de la recaudación, que recibió en forma de cheque en el escenario, acompañado por sus padres y por el propio cantante.

Julio A Secas intervino en cuatro ocasiones, con un humor fresco de temática variada, en parte centrada en parodias de la televisión, pero haciendo desfilar sobre el escenario diversas situaciones cómicas de la vida cotidiana.

Dos intervenciones tuvo Mawi, un extraordinario imitador que hizo pasar por las tablas a personajes variados de todo tipo de temáticas.

El catalán Txabi Franquesa llevó a cabo una prolongada actuación en la que no dejaron de escucharse las risas, con imitaciones de chinos, críticas gastronómicas regionales y alusiones a relaciones personales, choques de edades y todo tipo de situaciones llenas de humor y complicidad.

El último en aparecer sobre el escenario fue Dani Rovira, uno de los presentadores del programa de Cuatro TV 'No le digas a mamá que trabajo en la tele' y posiblemente el más esperado de la noche. Su humor fresco y cercano comenzó con una descripción de un curioso zoológico, con animales como la hormiga en paro.