Fiel e infiel a su propio estilo, Custo demostró el jueves en la Semana de la Moda de Nueva York que es capaz de confeccionar diseños que se sean reconocibles y, a la vez, diferentes a los de sus anteriores colecciones. El último desfile del creador catalán fue también, según sus propias palabras, un "un viaje al color", periplo en el que ha visitado todas las familias y gamas de tonalidades pero donde ha recalado de manera especial en los fríos. Con la paleta de verdes, azules y lilas Custo vestirá la próxima primavera a una mujer - niña que, según se mire, puede ser ninfa o lolita perversa. Una jovencísimas y lánguidas maniquíes arañaron la tarde la jueves la pasarela de la Gran Manzana para presentar una colección que juega con los estampados, pero también con las siluetas. Faldas de vuelo, vestidos vaporosos y guardapolvos ligeros con volantes y grandes moñas cancaneaban con sus decididos pasos mientras que, flores bordadas y rayas, se difuminaban entre tonos agua que contrastaban con colores neones envolviendo unas crisálidas a punto de convertirse en vampiresas. Cuarenta y cinco modelos fueron presentados y, entre ellos, no podía faltar la prenda estrella de la firma. Sin embargo, la camiseta que ha hecho mundialmente famoso este sello, ha cedido protagonismo a vestidos, abrigos, pantalones o short. Aparte, los chicos desfilantes presentaron veinticuatro creaciones sobre las que Custo aseguró antes del desfile no poder arriesgar tanto como con la ropa de mujer, si bien el resultado final demostró que este diseñador es capaz de atreverse a mucho más, apostando por un colorido más vivo que en la colección del verano pasado.