Los Refugios de Almería son todo un símbolo de la unión de una ciudadanía en pro de la supervivencia en tiempos de la Guerra Civil Española. A día de hoy es la joya de la corona de la red de espacios museísticos del Ayuntamiento de Almería y son los refugios abiertos al público más grandes y mejor conservados de toda Europa.

Eusebio Rodríguez ha escrito Los Refugios de Almería. La arquitectura del miedo, un libro que profundiza en la intrahistoria sobre cómo transcurrió su construcción, desde el punto de vista humano y técnico, en un libro que fue presentado el jueves en el Museo Arqueológico de la capital, con la presencia, además del propio autor, de la concejala responsable del Área de Cultura, Educación y Tradiciones, Ana Martínez Labella, el delegado de Cultura, Alfredo Valdivia, el profesor Andrés Sánchez Picón y la ilustradora Ana María Salmerón, además de numeroso público asistente.

Martínez Labella apuntó en la presentación del libro, cuyo prólogo es del alcalde, Ramón Fernández-Pacheco, que "es importante documentar y testimoniar una época difícil y dura para las generaciones de nuestros abuelos y bisabuelos y sacar de su lectura las conclusiones positivas que nos permitan avanzar y construir proyectos de vida conjuntos, como es el caso de los Refugios".

De igual forma, la concejala explicó el crecimiento en cuanto a número de visitas que está experimentando las galerías, fruto del interés de los almerienses y los turistas. "En el año 2014 los visitaron 14.805 personas, que fueron 21.683 personas en 2015 y los datos del primer semestre indican que casi con toda seguridad la cifra volverá a superarse un año más, pues es raro el día que no se agotan las entradas en la venta on-line para visitarlos. El libro de Eusebio Rodríguez es un complemento perfecto y profundiza en todo lo que rodeó su construcción y estoy segura de que los lectores sabrán valorar el trabajo y dedicación que ha dedicado Eusebio a su creación", concluyó.

Eusebio Rodríguez, el autor del libro, explicó que para la creación del libro "me puse a investigar toda la documentación del Ayuntamiento de Almería, seguí con el Archivo Provincial, donde conocí bastante sobre el batallón de fortificaciones de Almería y, siguiendo eso hilo, viendo que los militares intervinieron, me fui a los archivos militares de Almería y de Ávila, con una información muy valiosa complementaria".

"Por último, utilicé el censo de albañiles que tenía y miré los expedientes de cada uno para poder ponerle nombre no ya al ingeniero Caleya, Fornieles o Langle, sino a los capataces, los jefes de los tajos a los que estaban trabajando a pie de obra, los que tenían accidentes". El objetivo del libro, según Rodríguez, era "explicar quién y con qué, con poco material mecánico que se utilizó, se hizo a pico y pala. Solo había un cargador para subir las cestas de arena con un torno chino".