Cultura

La Feria del Libro arranca ‘a lo grande’ con el pregón de Pablo Andrés Escapa

  • Ramón Fernández-Pacheco visitó ayer la Feria, en la Plaza de la Catedral que se prolongará con más de medio centenar de actividades hasta el 5 de mayo

La Feria del Libro de Almería vivió ayer el primero de sus días grandes, al menos, en cuanto a la concentración de importantes actividades se refiere. Ayer tuvo lugar el triple acto inaugural, consistente, en primer lugar, en la firma y presentación de Defreds, que reunió a cientos de lectores ávidos de conseguir su firma en alguno de los ejemplares de su reciente Sempiterno, pero también de muchos de los títulos anteriores, que le han hecho ser, posiblemente el mayor fenómeno de ventas de los escritores que han surgido de las redes sociales.

A continuación tuvo lugar el pregón de Pablo Andrés Escapa, un autor de culto con una prosa exquisita, bibliotecario de la Real Biblioteca del Palacio Real de Madrid y uno de los narradores contemporáneos más deslumbrantes en su estilo y, para finalizar, el acto de la entrega de Premios Argaria, del Gremio de Libreros, que conservó la emoción hasta anoche, puesto que fue en la Plaza de la Catedral donde se desvelaron los ganadores en cada una de las categorías.

El alcalde, Ramón Fernández-Pacheco, acompañado por el director de la Feria del Libro, Manuel García Iborra, y el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Almería, Carlos Sánchez, recorrió la Feria, asegurando que “la Plaza de la Catedral se ha consolidado ya como un éxito en la Feria del Libro. Estamos contentos de la respuesta de los libreros, por un lado, que son uno de los protagonistas, respondiendo siempre a la oferta del Ayuntamiento y nada de esto sería posible sin la otra parte de la Feria del Libro, los almerienses, que vuelven a abarrotar. Comprando muchos libros, adquiriendo cultura, dinamizando el casco histórico y por eso este año es la más larga de su historia. Tenemos muchas expectativas puestas en ella, que la climatología nos respete y que la fiesta de la Cultura la vivamos por todo lo alto”.

El pregón de Pablo Andrés Escapa tomó como punto de partida un entierro, para ir dibujando una transformación de esperanza con antídoto en forma de páginas. “Pregono libros, buenos libros. La enmienda a tanta perdición como nos asedia. La perdición de la estupidez y del pensamiento único, la de la mediocridad y el falso conocimiento, la de la indolencia y la desmemoria, la de la parálisis y el cinismo, la de la insensibilidad y el ruido, la de la sumisión ¬y la del academicismo, la de la vulgaridad y la intemperancia. Y lo hago mediante el recurso a un remedio que no se compra porque no tiene precio pero que está lleno de valor: la palabra literaria, esa voz dormida que encierran los libros para que la despierten los ojos abiertos de un lector”.

Un viaje que incluía fragmentos de obras universales de la literatura como Odisea de Homero, La Divina Comedia de Dante Alighieri, El Quijote de Cervantes, Moby Dick de Herman Melville, Ana Karenina de Tolstói, La Regenta de Clarín, La Invención de Morel de Bioy Casares, El Camino de Delibes o Cien Años de Soledad de García Márquez.

“Un lector es ya capaz de un compromiso exigente con el ocio porque enfrentarse al mensaje complejo que propone un texto literario requiere mayor esfuerzo de atención que otros recreos. Frente al persistente ruido de fondo que acompaña nuestras vidas y al asedio continuo de la imagen, leer en silencio es hoy un acto de resistencia”.

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