Cultura

El realismo de Francisco López llena de humanismo el Museo de Arte de Almería

  • 70 obras en escayola y terracota, seis fotografías de su taller y otros materiales forman la exposición ‘La afirmación de lo visible. (Esculturas y relieves 1958-2008)’

Juan Manuel Martín, Carlos Sánchez y Andrés García Ibáñez.

Juan Manuel Martín, Carlos Sánchez y Andrés García Ibáñez.

El Museo de Arte de Almería ‘Espacio 2’ se ha llenado humanismo con el realismo de Francisco López, recogido en la exposición La afirmación de lo visible. (Esculturas y relieves 1958-2008). Una muestra que exhibe numerosas obras de arte del escultor madrileño que datan de finales de la década de los 50 y llegan hasta 2017.

La exposición ha sido inaugurada por el concejal de Promoción, Carlos Sánchez, el director del museo y de la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino, Juan Manuel Martín, el presidente de la Fundación, Andrés García, y el hijo del escultor, Francesco López. Además, cuenta con la coorganización del Ayuntamiento de Almería, la producción de la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino y la colaboración de la Diputación Provincial.

Carlos Sánchez ha subrayado que “es una de las mejores exposiciones que ha albergado ‘Espacio 2’ en toda su historia con piezas que nunca habíamos podido disfrutar, Francisco López es uno de los grandes artistas del siglo XX”. Asimismo, ha asegurado que la muestra es “única porque está a un nivel extraordinario, merece la pena visitarla y estamos profundamente orgullosos de albergar sus obras en este museo”.

Por su parte, Juan Manuel Martín ha puesto en valor la figura de Francisco López como “uno de los artistas claves que marca el desarrollo de escultura de la segunda mitad del siglo XX en toda Europa”, y ha explicado que los retratos muestran “una afinidad muy cercana entre el retratado y el artista a través de una exposición que permite ver esa faceta de la escultura contemporánea”.

Andrés García ha señalado que “hemos tenido la suerte de recibir el legado completo de Paco, el escultor más importante del siglo XX en España y de su poética se ha nutrido el grupo de los ‘Realistas de Madrid’”. “Supo renovar el lenguaje del realismo clásico adaptándolo a los tiempos modernos, por eso se le debe tanto”, ha afirmado.

70 piezas forman la singular exposición con 48 esculturas y 22 relieves. En su mayoría son obras realizadas en escayola, aunque también se pueden encontrar otras esculpidas en terracota. A través de las figuras, el artista permite entrar en contacto con directo con la intimidad de sus personajes, que en buena medida reflejan el concepto humanista que Francisco López tenía sobre la profesión y la vida.

Una forma de entender la realidad cotidiana que vivió uno de los grandes nombres del realismo durante la segunda mitad del siglo XX. Cabe destacar que las esculturas y los relieves están concebidos desde un profundo respeto y un amplio conocimiento de lo clásico. La trayectoria del escultor ha discurrido alejada de artificios superfluos y siempre con amigos y familiares en el centro de la propuesta.

No obstante, la muestra esconde algo más que una extensa colección de piezas. De hecho, se pueden contemplar los materiales que Francisco López conservaba en su taller de Madrid, los bancos de trabajo, las herramientas, fragmentos y numerosos moldes en barro y escayola. En este sentido, se han expuesto seis fotografías del taller donde trabajaba el artista que se rescataron tras su fallecimiento.

La exposición podrá visitarse hasta el 12 de diciembre con entrada gratuita en la primera planta del Museo de Arte de Almería ‘Espacio 2’. Estará abierta al público de martes a sábado, en horario de 10:30 a 13:30 horas y de 17 a 20 horas; y los domingos de 10:30 a 13:30 horas.

Francisco López

Fue uno de los máximos exponentes de la escultura realista y miembro del histórico grupo de los “Realistas de Madrid”. Sus primeros contactos con el arte fueron en un taller de orfebrería familiar y se formó en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, siendo discípulo de José Capuz. Igualmente, su trayectoria ha estado marcada por su participación en exposiciones de Roma, Berlón, Nueva York o Yokohama, entre otras ciudades, y gran parte de la geografía española.

Desde 1969 fue profesor en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y a lo largo de su vida ha sido un maestro para numerosas generaciones de escultores. La estatua de Diego de Velázquez en Madrid, su presencia en el Museo Reina Sofía o el Británico de Londres o el monumento de Pablo Picasso en Málaga son algunos de los hitos más importantes de su carrera.

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