Cultura

‘Gran Hotel de las Reinas’ desinhibe al público durante tres horas en un espectáculo divertido

  • El Auditorio ha acogido durante el fin de semana dos funciones de este gran espectáculo

Paca La Piraña feliz de regresar a su tierra.

Paca La Piraña feliz de regresar a su tierra.

Hay establecimientos hoteleros donde los huéspedes buscan el descanso, el reposo, un retiro espiritual que les aleje del trasiego, velocidad y estrés del día a día. Y hay otros en los que ocurre todo lo contrario.

Al menos, así es el Gran Hotel de las Reinas, el show drag número uno de España e inspirado en el programa de televisión Drag Race que, tanto el viernes como anoche sábado estuvo instalado en el Auditorio Municipal Maestro Padilla, en el marco de la programación especial de otoño puesta en marcha por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería.

Todo estuvo a disposición del público para que la experiencia fuese de lo más gratificante. Incluso con la posibilidad de compartir un aperitivo de cortesía y el ‘foteo’ de rigor para los huéspedes más exigentes que adquirieron y agotaron su entrada VIP. El ‘no hay habitaciones’ se rozó en ambos días.

En escena, Supremme de Luxe hace las veces de ‘comandanta’, con un humor ágil y más cuidado, acompañada por una deslenguada Paca La Piraña, una almeriense que ofrece las réplicas sin filtro alguno. Escoltadas por un equipo de ‘botones’ que se dejan la piel durante más de tres horas, acompañando las coreografías y ‘lip sync’ de hasta doce estrellas rutilantes, pertenecientes todas al programa de televisión de Locamente y Atresmedia. Ellas son Ariel Rec, Diamante Merybrown, Drag Sethlas, Estrella Xtravaganza, Jota Carajota, Juriji Der Klee, Marina, Marisa Prisa, Onyx, Samantha Ballentines, Sharonne y Venedita Von Däsh.

Cada una de ellas llevando el personaje a caracteres complementarios. Desde los guasones con esencia carnavalera gaditana, como Jota Carajota y Samantha Ballentines, pasando por las raíces gallegas de Marina, el fuego de Diamante Merybrown, las rarezas de Juriji, la extraterrestre Onyx, el afrancesamiento cabaretero de Juriji Der Klee, el glamour de Sharonne o el desafío religioso, a lo Madonna, de Drag Sethlas.

Una producción de primer nivel que convenció a un público que bailó, cantó, rió y consiguió dejar todos los complejos y cortapisas en el felpudo de entrada. Todos se marcharon del Auditorio felices y contentos de haber disfrutado de un espectáculo único. Y es que hay mucha profesionalidad siempre en las tablas y mucho cachondeo. Donde esté Paca La Piraña siempre hay mucha alegría.

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