A pesar de que la crisis fue el tema candente en la ceremonia de los Globos de Oro arrancando las risas entre los asistentes, lo cierto es que las estrellas del celuloide no escatimaron en gastos para dejarse ver con sus mejores galas después de que el pasado año con la huelga de guionistas, los Globos de Oro se quedaron en una simple rueda de prensa en comparación al glamour derrochado en su 66 edición.

Unos de los presentadores del evento, el humorista Sacha Baron Cohen, bromeó sobre cómo afecta la crisis a los famosos, refiriéndose a la esposa de David Beckham, "Victoria no ha comido durante tres semanas y se ha agrietado" o "Madonna ha tenido que prescindir de uno de sus asistentes personales", dijo Cohen y a continuación añadió, "nuestro corazón está contigo, Guy Ritchie".

Entre risas, Demi Moore no dudó en corregir a su hija de 20 años, Rumer, fruto de su matrimonio con Bruce Willis, diciéndole al oído "¡los hombros atrás!" en un momento en el que estaba algo relajada, ya que fue la encargada de acercar el galardón a quien finalmente lo entregaba.

Otra anécdota graciosa vino de parte del irlandés Collin Farrel que al subir al escenario notó que le goteaba la nariz y se disculpó diciendo "estoy constipado, no piensen que es lo que solía ser". Kate Winslet, que se consolida como rival de Penélope Cruz en los Oscar, protagonizó el momento más alterado de la noche tras olvidar el nombre de su otra rival , Angelina Jolie.