Cultura

El IEA resalta la figura de Julián Arcas con un concierto comentado en la Villaespesa

  • Actuaron el guitarrista José Antonio Navarro y el pianista Matías Fernández

El guitarrista José Antonio Navarro y el pianista Matías Fernández.

El guitarrista José Antonio Navarro y el pianista Matías Fernández.

El Instituto de Estudios Almerienses (IEA) y la Asociación Filarmónica de Almería recordaron en la Biblioteca Villaespesa la figura de Julián Arcas, guitarrista y compositor nacido en la villa de María en 1832, quien tras presentarse al público oficialmente a los 16 años inició una espectacular carrera que le llevaría a las grandes salas de conciertos de España y de parte de Europa, siendo protegido de la reina Isabel II y de su hermana la infanta Luisa Fernanda, e invitado del Duque de Wellington y de la princesa María Adelaida en Inglaterra, donde conquistó al público y levantó pasiones.

El guitarrista José Antonio Navarro y el pianista Matías Fernández, ambos almerienses, ofrecieron un ‘concierto comentado’. El dúo formado por estos profesores del Real Conservatorio Profesional de Música de Almería ofrecieron en una hora un recorrido por la vida y obra de Julian Arcas, ante un público que con un respetuoso silencio, quedó fascinado de la trayectoria del músico velezano.

Pero a Navarro y Fernández, como profesores, lo que más les motiva es la divulgación, la labor pedagógica. “Es increíble que en Almería casi nadie, fuera de nuestro círculo de los guitarristas, conozca la figura de Arcas. Nosotros nos vemos en la obligación moral de hacer pedagogía, de mostrar este gran tesoro que tenemos para que el saber vaya calando poco a poco en nuestra sociedad”, dice José Antonio Navarro, concertista de guitarra con un brillante palmarés de premios a sus espaldas.

Para Matías Fernández, que es también el actual vicedirector del Conservatorio, se trata de “traducir al lenguaje llano y a través de una historia emocionante -porque lo es- la gran cantidad de información que los investigadores de la vida y obra de Arcas han puesto en nuestras manos”. Al respecto destaca la ingente labor de Javier Suárez-Pajares, Eusebio Rioja y J. Luis Romanillos, “y también la de dos especialistas almerienses, sabios de la guitarra y del flamenco, que tenemos la suerte de poder consultar en persona, como son Norberto Torres y Antonio Sevillano”. A todos ellos atribuye el dúo Navarro-Fernández el mérito del saber, ya que “nosotros somos un mero nexo entre los resultados de esas arduas investigaciones y la gente”.

El acto, que terminó con una sonada ovación, contó con la presencia de Antonio Sevillano y Norberto Torres, que mostraron su entusiasmo con el resultado. “Para nosotros, el atento silencio del público y después los aplausos son nuestra primera satisfacción”, dice Navarro. “Y la felicitación de Norberto y Antonio Sevillano, los especialistas, es el colmo de la felicidad y nos anima a seguir con esta labor de divulgación”, apostilla Matías Fernández, quien además agradeció el esfuerzo que la Asociación Filarmónica hace por los músicos locales.

También subrayó el empeño del director del Instituto de Estudios Almerienses, Francisco Alonso, en promover este tipo de actos de divulgación. “Que una persona como él, pianista y director de orquesta con una vastísima cultura (y en especial sobre nuestra tierra) tenga interés en que el saber académico llegue a todos los ámbitos de la ciudadanía, dice mucho de la orientación que está tomando el IEA, ya que la magnífica y elevada labor de promoción de la investigación sobre temas de nuestra tierra que desarrolla se empieza a poner en contacto con el ciudadano de a pie a través de actos como este, y eso es realmente enriquecedor para la sociedad, y muy emocionante” señala Matías Fernández. Los méritos de Arcas no sólo fueron los de un virtuoso concertista, sino que, como compositor con una sólida formación capaz de llevar los aires populares o nacionales (que a mediados del XIX también se llamaron “andaluces” y más tarde “flamenco”) a los grandes escenarios, convirtiendo en música de categoría la soleá o la rondeña. Y esta misión, la llevó a cabo a medias con su compadre y paisano, el guitarrero universal de La Cañada, Antonio de Torres.

Juntos y durante años de investigación explotaron las posibilidades de la guitarra de tal manera que sus cánones de construcción quedaron fijados hasta nuestros días. Se puede decir que la guitarra actual es invento de Torres, y el valor de cada una de las alrededor de 200 construidas por él que hay localizadas en el mundo es incalculable, como el de un violín Stradivarius.

Las biografías de Arcas y de Torres corrieron asombrosamente tan paralelas que incluso volvieron, al mismo tiempo (sobre 1870), a pasar sus últimas décadas de vida en Almería, donde su sola presencia fue un repulsivo que convirtió la ciudad de Almería en un importante centro musical de las dos ultimas décadas del siglo XIX.

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