Cultura

José Sacristán enamora con una lección de teatralidad en el Maestro Padilla

  • El Auditorio acogió el viernes la puesta en escena de la obra ‘Señora de rojo sobre fondo gris’

José Sacristán durante la representación de ‘Señora de rojo sobre fondo gris’ en el Maestro Padilla

José Sacristán durante la representación de ‘Señora de rojo sobre fondo gris’ en el Maestro Padilla / Diario de Almería

José Sacristán escenificó el viernes dos demostraciones de amor, la del personaje Nicolás, véase, la versión con tintes autobiográficos del gran escritor Miguel Delibes, y la auténtica pasión por el teatro del veterano actor. Lo bordó con la obra Señora de rojo sobre fondo gris, ante los ojos llenos de admiración de un público que cubrió todos los sillones del Auditorio Maestro Padilla.

Maravilloso comprobar cómo Sacristán es capaz de dibujar el imaginario lienzo de las emociones representando el cariño de Nicolás hacia su fallecida esposa Ana a través de pinceladas de la relación: cómo le abrochaba con delicadeza los botones de la camisa, la envidia como artista por no haber creado él mismo el cuadro Señora de rojo que visitaron en una exposición, las ensoñaciones fruto del alcohol que le bastaban para volver a acariciarla.

Fascinante también asistir a esta clase de interpretación que regala José Sacristán. Cada entonación, silencio o gestualidad guardaban la esencia del teatro. Nada lo hace de forma artificial, una naturalidad brutal para captar el interés del público y transmitir la belleza del texto del gran Miguel Delibes.

Fue un regalo para el público y para el propio José Sacristán, que si en septiembre de 1989 interpretaba Las guerras de nuestros antepasados. Treinta años después, el magistral actor regresa a Miguel Delibes con Señora de rojo sobre fondo gris.

José Sacristán explica que “volver a Miguel Delibes, ahora con su sobrecogido Nicolás, supone entregarme a una tarea que bien pudiera ser o significar la culminación de una aventura de trabajo y de vida que viene durando ya más de sesenta años. Sea como sea…Pacífico decía de su tío Paco que fue “el hombre que le enseño a mirar”. Volver a Miguel Delibes es no dejar de aprender a mirar. Pasen. Y miren”.

Y lo que miró el viernes el entregado público es una declaración de amor, un drama adornado de la belleza del cariño que uno siente hacia su pareja, un amor frustrado a los 48 años y que continúa en las ensoñaciones del protagonista. Delibes, un hombre en extremo pudoroso, se escondió detrás de la figura de un pintor -Nicolás- para, cambiando nombres y detalles, oscurecer la auténtica naturaleza del retrato. Pero desde la aparición de la novela siempre se supo que, en lo esencial y en multitud de detalles, se trataba de una novela biográfica.

La adaptación teatral del libro de Delibes está realizada por Inés Camiña, el propio José Sacristán y José Sámano, que también ejerce de director. Esta obra teatral es el relato de una historia de amor en camino desenfrenado hacia la muerte, que nos sitúa en la España de 1975 con rasgos inequívocos, que nos habla de la felicidad y de su pérdida, y que llega a la intimidad de cada ser humano, y a su emoción, por el camino recto y simple de la verdad.

Un pintor, con muchos años en el oficio, lleva tiempo sumido en una crisis creativa. Desde que falleció de forma imprevista su mujer, que era todo para él, prácticamente no ha podido volver a pintar. La hija mayor de ambos está en la cárcel por sus actividades políticas, y es en esas fechas cuando surgen los primeros síntomas de la enfermedad de su madre que la hija vivirá desde dentro de la prisión.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios