Cultura

Leone desempolva el tarro de las esencias del mejor rock pasional en su concierto en el Apolo

  • Alma de bolero, textos copleros, música surf y ascendencia de Western para una banda que presentó anoche su nuevo disco en una cita del Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería

Leone durante su concierto el pasado viernes en el Teatro Apolo.

Leone durante su concierto el pasado viernes en el Teatro Apolo.

En un mundo musical donde las fronteras se rompen de manera constante, es complicado definir esa sensación en la que algo que se escucha tenga la capacidad de recordar a media docena de géneros y referencias y, a su vez, que sea imposible de circunscribir cada una de las canciones a un nombre propio o etiqueta única. Es el caso de Leone, banda madrileño-almeriense que presentó anoche en el Teatro Apolo su segundo larga duración, Canciones de Amor y Odio vol. 1, en el marco de la programación de otoño del Área de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Almería.

Leone son Jesus Canet (guitarra y voces, Motel 3), Juan Pérez Marina (guitarra, Corcobado, Cartografía del Ruido), Manuel Cahuchola (bajo y voces, Paul Collins, Ventura Dúo) y Jesús Alonso (batería, Corcobado, Les Rauchen Verboten). Después de una buena colección de EP’s y el LP La vida no vale nada, llega su nuevo larga duración, ‘Canciones de Amor y Odio vol. 1’, lanzado a través del también almeriense sello discográfico Clifford Records. Por cierto, aseguran que el volumen 2 también lo tienen listo. Ha sido grabado y mezclado por David Baldo, en Estudios Manuela y masterizado en Estudios Kadifornia.

Y con la sobriedad que caracteriza su sonido y su puesta en escena, la banda optó por hacer una presentación a la vieja usanza. El disco completo, de principio a fin y siguiendo el mismo orden, para después ofrecer en los bises otros cuantos temas de grabaciones anteriores. Ese tono grave y solemne le sienta como espuela a la bota a su propuesta artística, melodías y desarrollos que parecen curtidos por el desamor, el clavel en la solapa, la copa de brandy, el sol en la piel y las madrugadas interminables.

¡Que no de acabe la Música! se presenta como una suerte de tango y declaración de intenciones y una colección de deseos que se culminan en el estribillo cantinero de “Ah, que no se acabe el amor. Hay un pajarillo cantando dentro de mi corazón”. Tras el canto de buena esperanza, ‘Presentimiento’ empieza a sacar eso que podríamos denominar ‘pena negra’, tan asociado a la canción coplera y de raíces flamenco-rumberas. No sería la única vez, porque su veneno se extiende en mayor o menor grado por todos los temas, de manera explícita también en el abandono de ‘Si Tú No Me Quieres’.

Tras el arranque, llegó el momento del recuerdo a los que ya no están en ‘A La Orilla del Mar’. “Volar en el cielo infinito, juntos, sin rumbo fijo, pa no volver jamás. Pensar que la vida es muy triste, que los buenos se han ido y que no volverán”, todo regado de la guitarra solista de Marina. Y aquí hay que levantar el sombrero para elogiar la capacidad como instrumentista de cada uno de los componentes. Porque aunque lo más vistoso fue comprobar cómo el guitarra solista surfeaba y punteaba en cada uno de los temas con una ejecución perfecta y Alonso hacía ejercicios magistrales de compás desde las baquetas, hay que elogiar, además de la contención de Canet cantando, su dominio de las rítmicas, como la elegancia de Cahuchola al bajo, con una agilidad de dedos y cuerdas que bien podría mostrarse a los cientos de bajistas que solo usan la primera.

La instrumental ‘El Patio’ bamboleó meciendo con su tempo y su melodía recurrente antes de ‘La Noche’, un bolero al estilo Leone. Tras la aparente calma, tempestad declarada como la más estruendosa de la velada y de golpeo directo. Presentada como ‘canción protesta’, ‘Nuevo Día’ rugió con potencia y brío buscando un mundo sin tantos impostores, adláteres aborregados y más amor. Nana con compases orquestales en ‘La Niña y La Luna’, alentada con unos coros rumberos a lo Chichos con el “nonaino noná”, y un recuerdo a los amigos a los que cantaba Roberto Carlos en su canción, pero del lado de la cruz de la moneda en ‘¿Qué Dice La Gente?’, un bolero que se torna en libertador en su coda, con un surf acelerado y explosivo.

‘Hoy Vengo a Confesar’ recuerda un tanto al arranque del ‘A Mí Con Esas’ de Los Brincos, popularizada también por 091, si bien el espíritu es de puro Chunguitos, como lo es de vals el ‘Todo Se Acaba’, cierre del disco y casi de la actuación (“borrachos pero atentos en los bares del señor”), que se culminaría con ‘A Tu Vera’, que toma prestado el título de la copla para de nuevo rendir al suelo el corazón.

Para los bises, otros cuatro temas. Dos de ellos de sus primer EP, grabado hace casi diez años, con ‘Con ‘Canción De Despedida’ y ‘La Fabriquilla’, en referencia a la playa de Cabo de Gata, aunque sobresalieron más la ‘road song’ de ‘El Inmoralista’, acelerada y urgente, casi a lo Reverend Horton Heat. ‘Tus Huesos’ sería la encargada de despedir una velada de #CulturaSegura con los mismos mimbres que el arranque, otra colección de buenos deseos y de entrega amatoria absoluta: “quiero que vengas conmigo, que compartamos el mismo destino, rodando por una calle abajo, todo lleno de barro, pero juntos tú y yo”.

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