Cultura

Marta Robles obtiene el Fernando Lara por la obra 'Luisa y los espejos'

  • La periodista recupera la figura de Luisa Casati, musa y mecenas de pintores en los años 20 La novela, que tiene a Venecia como trasfondo, narra la historia paralela de dos mujeres

La periodista Marta Robles se hizo ayer en una cena en el Alcázar de Sevilla con el XVIII Premio de Novela Fernando Lara, dotado con 120.000 euros y la publicación de la obra en la editorial Planeta, con Luisa y los espejos, la historia paralela de dos mujeres de tiempos diferentes, el principio del siglo XX y la actualidad, con Venecia como escenario. Una de las dos protagonistas es Luisa Casati, musa y mecenas de artistas en los años 20 que mantuvo un largo idilio con el escritor Gabriele d'Annunzio, una mujer libre con la que la autora reconoció haberse "obsesionado".

Robles, que se presentó al premio con el seudónimo de Susana Gutiérrez, explicó que accedió a este personaje gracias a un relato que preparaba para un libro colectivo sobre el mito de Don Juan, un encargo que le hizo su amigo Fernando Marías. La escritora decidió ambientarlo en el Palazzo Venier dei Leoni, conocido como il palazzo non finito y sede de la colección de Peggy Gugenheim en Venecia. Como Guggenheim "no me caía bien", admitió Robles, empezó a indagar en la historia de ese inmueble. Y así supo de esta heroína "absolutamente irresistible, que trataba de esconder su timidez y su angustia con extravagancias, que paseaba dos guepardos a los que ponía collares de turquesas".

La autora sintió, a medida que se adentraba en la complejidad de esta mujer, que había encontrado una piedra preciosa cuyo brillo era hasta ahora desconocido. "Ahora saldrá mucha gente diciendo que conoce a Luisa Casati, pero cuando yo empecé a escribir sobre ella nadie sabía nada de ella. La mujer más retratada del mundo [inspiró a Man Ray o a los futuristas, entre otros] y nadie la conoce", observa.

Cuando preparaba el proyecto, Robles valoró que había que complementar el relato de las peripecias de esta marquesa. Y así Luisa y los espejos cuenta también la historia de otra Luisa, ésta perteneciente al tiempo actual, una persona que "supuestamente tiene una vida perfecta", pero cuya realidad esconde fisuras: por una tragedia "dejó su sueño de dedicarse al mundo del arte", y en un momento determinado "empieza a despertar y se da cuenta de que quiere volver a sentir esa pasión". En este tipo de tramas paralelas, donde se recurre a una figura real y magnética como la Casati, es difícil perfilar otro protagonista que le haga sombra. Pero Robles cree que lo ha conseguido: "Era muy difícil competir con la marquesa, y es verdad que empieza la novela con ella muy arriba. Pero a medida que avanza el libro, la otra Luisa adquiere relevancia y va siendo más cautivadora que la otra, todavía", sostiene.

Aunque Robles (Madrid, 1963) es conocida principalmente por su labor periodística, gracias a una larga carrera en la que ha alternado la radio (con programas como A vivir que son dos días o Herrera en la onda) con la televisión (ha presentado los informativos de Telecinco y Antena 3, el espacio Contraportada o Madrid a la última), su participación en el mundo editorial no es precisamente nueva y son varias las creaciones suyas que han llegado a las librerías en estos años. "Llevo escribiendo desde el 91", apuntaba ayer en la rueda de prensa posterior al fallo. Al principio sus libros no se distanciaron de esa realidad que manejaba en su trabajo diario: en 1991, la autora publicó una biografía de Pedro J. Ramírez, El mundo en mis manos, que redactó junto al propio director de El Mundo; un año más tarde, con La dama del PSOE, se aproximaba a Carmen Romero, entonces esposa del presidente del Gobierno Felipe González, una semblanza que coescribió junto a Almudena Berdejo. Tras las entrevistas de Elegidos por la fortuna (1999), en 2001 apareció una obra con la que su artífice se adentraba en la narrativa de ficción: Las once caras de María Lisboa, editada ya por Planeta, se fijaba retratar las vicisitudes de la mujer a comienzos del siglo XXI con once retratos femeninos, personajes que encarnaban diferentes psicologías y actitudes en un puzle en el que tenían cabida desde la mujer más sumisa y sacrificada a la que había hecho de la independencia su estilo de vida.

En 2008 Robles entrega a imprenta Diario de una cuarentona embarazada, un relato planteado en un tono liviano y desenfadado sobre una ejecutiva de publicidad que cuando ya parecía haber cerrado la puerta a prolongar su descendencia decide tener un hijo. "Tardó en funcionar porque la gente pensaba, por el diario del título, que era una obra de no ficción. Cuando hicimos saber que se trataba de una novela ya funcionó mejor", expuso ayer cuando recorrió su trayectoria precedente.

Esa capacidad para examinar el entorno que le rodea, y que ha nutrido hasta ahora sus libros, le hizo volver al territorio de la no ficción con una guía, Madrid me Marta, en la que compartía con el lector sus rincones favoritos de la capital, y en la que contó con el prólogo de los mediáticos Alaska y Mario Vaquerizo.

El jurado de esta edición estuvo compuesto por Ángeles Caso, Fernando Delgado, Pere Gimferrer, Ana María Ruiz-Tagle y Emili Rosales, que actuó como secretario con voto. Fernando Delgado reveló que tanto Gimferrer, "gran conocedor de Venecia", como él, que trató incluso con un hijo ilegítimo de D'Annunzio, habían pensado que la obra "reflejaba muy bien la atmósfera" de esa ciudad mágica, hasta el punto de que el trabajo "tenía tantos elementos culturalistas que uno no piensa que detrás de la creación hay una periodista, sino alguien que está especializado en el mundo del arte", confesó.

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