Cultura

La OCAL inyecta la vacuna musical de la esperanza en el concierto de Año Nuevo

  • La Orquesta Ciudad de Almería rinde homenaje al sector sanitario y luego deleitó con los valses y polkas de la familia Strauss

Si la cultura es la que ha alimentado el alma en el difícil año 2020 marcado por la pandemia de la COVID-19, la música abrió el telón a la esperanza en 2021. La tradición del concierto de Año Nuevo en el Auditorio Maestro Padilla se mantiene, aunque sea con aforo reducido y extremando las medidas de seguridad, para comenzar el día 1 con la alegría y belleza de las polkas y valses de la familia Strauss. Al igual que el viernes se desarrolló en Viena, en su caso sin público, Almería se volvió a sumar las grandes capitales europeas que arrancan el año al ritmo de la Marcha Radetszky, y siempre dentro de la cultura segura, con la asistencia del concejal de Cultura, Diego Cruz.

La Orquesta Ciudad de Almería es la banda sonora de la ciudad y por tanto ostenta el honor de interpretar cada primero de año este concierto especial, con el que a su vez comienza el programa del Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería. Pero está claro que la COVID-19 y sus devastadoras consecuencias no podían quedarse al margen. Por eso, la Clave de Oro de la OCAL, que se entregaba en este evento,  fue dedicada este año al sector sanitario, en agradecimiento a su dedicación y profesionalidad con motivo de la crisis provocada por el coronavirus. Un merecido homenaje para recordar lo que es importante en la vida es la salud, la familia y también la cultura.

El director gerente del Hospital Universitario Torrecárdenas, Manuel Vida, recibió el reconocimiento, acompañado de la directora de Enfermería de Torrecárdenas, Gádor Ramos, y afirmó que “lo recojo en nombre de los 4.500 profesionales que trabajan en el centro hospitalario, los cuales realizan un esfuerzo enorme para atender a las personas, y que con la pandemia de la COVID han hecho un trabajo titánico, en cuerpo y alma”.

La OCAL se lo agradeció con un vídeo en el que distintas personas, entre ellas el alcalde de Almería, Ramón Fernández-Pacheco, y el concejal de Cultura, Diego Cruz, le daban las gracias. El aplauso del público y la belleza y alegría del concierto fueron vitaminas para la labor de los profesionales sanitarios.

Por eso, bajo la batuta de Michael Thomas, la Orquesta Ciudad de Almería sonó a música celestial, en un mágico concierto, con entradas muy limitadas y agotadas, cuyo preámbulo fue la Marcha Española de J. Strauss II, para dedicar la primera parte a las Suites n.1 y n.2 de El Sombrero de Tres Picos, de Manuel de Falla, en una original versión para armónica y orquesta con arreglos de Antonio Serrano, y cerrar esta parte con Preludio y Mazurka (Coppelia) de L. Delibes.

Espectacular Antonio Serrano a la armónica, en esta sorprendente y original combinación de armónica y orquesta clásico, diferente y difícil de escuchar. Serrano demostró su virtuosismo, acompañado como siempre con el talento de los músicos de la OCAL.

En el segundo bloque del concierto, la OCAL se adentró de lleno en las polkas y valses vieneses: Polka Pizicatto de J. Strauss, Truenos y Relámpagos de J. Strauss; Vals del Emperador de J. Strauss II para culminar con Trisch, Trash, Polka de J. Strauss y Auf der Jagd. Op 373 también de J. Strauss. Y en los bises, la imprescindible Marcha Radetszky, esta vez acompañada con la armónica de Antonio Serrano. Un final brillante a un concierto sublime.

La Ocal deleitó con la elegancia y sonoridad que requieren estas tradicionales composiciones, y ha incorporado la creatividad de la armónica, siempre guiados por el talento de Michael Thomas, en un recital en el que ha inyectado a todo el público la vacuna de la música.

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