Cultura

Noche de duende flamenco con Rocío Garrido y Antonio Reyes en Carboneras

  • Lleno en el Castillo de San Andrés en la XIV edición del Festival 'La mar de cantes' Sobre el escenario estuvieron Anabel Castillo, Bernardo Miranda y Francis Hernández

Carboneras volvió a vivir una intensa noche de duende en la XIV edición del Festival Flamenco La Mar de Cantes, celebrado en el Castillo de San Andrés. Esta edición contó con la presencia del cantaor chiclanero Antonio Reyes y la almeriense Rocío Garrido.

A unos treinta minutos para las diez de la noche las puertas del Castillo de San Andrés se abrían para que el público fuese llenando una a una las sillas del aforo hasta completarlo. Sin duda la noche prometía ser un éxito, las ganas de fiesta se podían contemplar en el ambiente.

Pasados unos minutos de las diez de la noche, abría al festival Rocío Garrido, acompañada por un grupo flamenco de máximo nivel, compuesto por las voces de los cordobeses Bernardo Miranda y Anabel Castillo y el toque del almeriense Francis Hernández.

La joven artista inició su espectáculo con un magistral baile por Farruca con el que consiguió meterse al público en el bolsillo desde el primer paso que marcó con sus pies. El público carbonero tenía ganas de ver a la artista en escena y así lo demostró durante toda su actuación.

Tras la aplaudida farruca, Anabel Castillo, que se encuentra en pleno proceso de preparación de su nuevo disco, interpretó un cante por Guajira con el que conquistó al público con el sentimiento de su cante y la dulzura de su voz, ya que Anabel es una de esas artistas que cuando sube a un escenario deja huella, y así lo demostró en Carboneras.

Seguidamente el turno era para las Cantiñas, esta vez, en la voz de Bernardo Miranda, un joven cantaor que está dando mucho que hablar y que recientemente publicó un disco grabado en directo en la peña flamenca El Morato de Almería, con el que está cosechando mucho éxito entre los aficionados al cante y con el que está llevando el nombre de la ciudad de Almería allá por donde va.

La actuación de Bernardo fue brillante, el público no pudo evitar desencadenar los aplausos durante su interpretación. Desde el primer momento se pudo ver que Rocío Garrido estaba muy bien acompañada en escena.

Si de baile y cante se habla, hay que destacar la importancia del buen toque, Francis Hernández no pasó desapercibido en la noche. El guitarrista, compositor y profesor supo darle el sabor que las cuerdas de su guitarra necesitaban para ponerle a los presentes los vellos de punta. El destacado y aclamado guitarrista almeriense hizo gala de su arte y simpatía durante toda la noche, su toque tiene algo especial que no deja indiferente al que lo escucha.

La noche continuaba prendida por la luz de la luna y el calor que el público transmitía con sus aplausos. Llegaba otro de los momento mágicos de la noche, volvía a escena Rocío Garrido, interpretando Soleá por Bulería, con la destacó con la fuerza que transmitía con cada uno de los giros que le daba a su mantón y la fuerza que transmita con los gestos de su cara. Uno de los momentos más destacados de la noche que se unió a un excelente Fin de Fiesta en el que todos los artistas se centraron en el escenario para seguir dando rienda suelta a su arte y devolverle al público todo el cariño mostrado durante la noche.

El broche de oro al festival lo puso el cantaor chiclanero Antonio Reyes, una de las nuevas voces más reclamadas en los escenarios flamencos. Actuó por primera vez en Carboneras, realizando un recital de corte clásico con el que enloqueció al público.

El artista estuvo acompañado de la guitarra de Antonio Higuero. Reyes ofreció un recorrido por distintos palos del flamenco, con cantes no muy habituales en su repertorio.

Antonio Reyes es una de esas joyas que podrían pasar desapercibidas para el público menos entendido. Solamente cuenta con un trabajo discográfico en la calle, pero su carrera viene de largo.

Iniciado en el cante flamenco desde bien chico, en su palmarés ya figuran el primer premio en Fuengirola con tan sólo 10 años, el primer premio Memorial Camarón en el año 2000, el Premio Antonio Mairena por seguiriyas y tonás en 2001 -festival del que ya fue finalista en el año 1989 con sólo 13 años- y el Premio Manolo Caracol por soleares y bulerías en el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba en 2001, además de haber compartido cartel con Camarón, Calixto Sánchez, Fosforito o El Cabrero.

Procedente de una familia de gran tradición flamenca, Antonio Reyes se ha convertido en una de las figuras más destacadas del panorama nacional. Y es que, pese a su juventud, es uno de los pilares más fuertes sobre los que se sostiene el cante jondo.

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