Cultura

Rocío Segura lleva la magia de su cante hasta la Peña El Morato

  • Ofreció un gran recital acompañada de forma magistral por la guitarra de Manuel Silveria en una noche de mucha inspiración

Rocío Segura estuvo sublime en el recital que ofreció en la Peña El Morato. Ella nunca defrauda, porque tiene un timbre de voz que subyuga, que cuando hay que pellizcar el cante con genio y poderío ahí está también. A cada cante sabe darle el melisma adecuado, sabe jugar con los tercios para que llegue al público y se emocione con su cante .

Maneja como nadie todos los tiempos y hace que el público se embelese con su arte. Con una guitarra descomunal como la de Manuel Silveria, con esa limpieza cristalina que tiene al ejecutar los toques, cuando hay que atacar en una falseta brillante lo hace con potencia y velocidad de vértigo si así lo requiere el momento o cuando hay que sacar dulzura porque así lo requiere el cante, ahí está tenue y sin molestar.

Un auténtico lujo para El Morato contar con tan excepcionales artistas flamencos. Comenzó Rocío por Martinete, Debla y Toná de perfecta ejecución, se templó después por Soleá despacito y marcando los tiempos perfectamente. Después llegó la Malagueña de Baldomero Pacheco con remate de Fandango Verdial de Almería, que puso al público en pie. Cantó por Seguiriyas , recordando a la Niña de los Peines, vinieron Tangos con recuerdos a la Repompa y Morente, Granaínas, unas bulerías donde colocó el Fandango que hiciera popular Enrique Morente y que también cantó Camarón y remató con una serie de Fandangos de la vieja escuela, El Gloria, Carbonerillo, etc. Noche Mágica con una cantaora de tronío y un guitarrista fuera de serie.

Por otra parte, con la tradicional Misa Flamenca y la comida de convivencia la Peña Flamenca El Morato cerró sus actividades del mes de Abril, mes del aniversario de la peña. La Misa fue oficiada por el Capellán de la Peña Reverendo Pedro María Fernández Ortega con el cante de Rocío Segura, Antonia López, Ana Mar, que además interpretó al violín el Ave María, el Niño de las Cuevas que además acompañó a la guitarra junto a Antonio De Quero.

Después se degustaron auténticas joyas de la gastronomía, entre otras acelgas esparragás, gurullos con costilla, marraná de pulpo, pulpo a la vinagreta, calamares en salsa, bacalao con tomate, etc. etc, hasta un jamón de pata negra todo muy bien regado con buenos caldos y cerveza.

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