Noches en los Jardines del Alcázar. Ultra High Flamenco. Violín: Alexis Lefevre. Guitarra: José Quevedo. Contrabajo: Pablo Martín-Caminero. Percusión: Paco González. Lugar: Jardines del Real Alcázar. Fecha: Jueves, 28 de junio. Aforo: Lleno.

Bipolar, el espectáculo que presentó en la noche del jueves el cuarteto flamenco UHF en los jardines del Alcázar, aúna la frescura y el ímpetu de lo jondo con la serenidad y el frío virtuosismo característico del jazz contemporáneo. Cuando Pablo Martín comenzó a exponer el tema de Positango, tango andaluz dedicado al pueblo italiano de Positano, firmado por el francés Alexis Lefevre, que abrió el espectáculo, los gritos de los pavos reales daban la cumplida réplica a la austeridad melódica del contrabajo. La nueva propuesta de UHF se presenta más estilizada que su primer espectáculo, con unos arreglos muy cuidados, brillantes, que sobresalen sobre la composición. Es decir, en esta banda prima la complicidad, el compañerismo, el trabajo de grupo, sobre lo individual. Como en la mejor tradición jazzística.

Lo que interesa de UHF son las variaciones instrumentales: no hay voz, no hay danza, y sin embargo son plenamente flamencos. Por las bases rítmicas y armónicas sobre las que trabajan: tangos, bulerías, seguiriyas. También por la solidez jonda que aporta la guitarra jerezana del Bolita, de un lirismo muy apegado a la tierra. La imaginación melódica la pone Alexis Lefevre, que hace de cada una de sus variaciones un ritual de fertilidad, pleno de tonalidades rojas y calidez. Y el riesgo, el contrabajo del vitoriano Pablo Martín, capaz de internarse en las regiones armónicas más complejas. El enérgico sostén de todo este edificio es la sólida percusión del sanluqueño Paco González, que encontró también un lugar para el lucimiento solista al comienzo de la pieza Nuestra Sfera. Cuatro virtuosos en fin, en plena libertad y nocturnidad que preñaron de emoción y jondura las mecidas copas de los pinos del Alcázar.