Julio Alfredo Egea nació en Chirivel, en agosto de 1926. Ha vivido gran parte de su vida en Granada, en donde se licenció en Derecho, y tomó parte en todas las manifestaciones literarias de aquella ciudad, durante la posguerra. Fue redactor-jefe de Sendas, humilde revista que en su nº 4 publicó el primer homenaje escrito a Federico García Lorca, en 1946, con motivo del décimo aniversario del asesinato del poeta.

Después, a partir de 1953, participó en publicaciones y actividades de Versos al aire libre, formando parte del importante grupo de "poetas del 50, con Rafael Guillén, Elena Martín Vivaldi, José Carlos Gallardo, etc. En Granada publicó sus primeros libros a partir de 1956, continuando su producción, en verso y prosa, hasta la actualidad, con unas treinta publicaciones.

Gran parte de su obra está editada en revistas especializadas. Poemas suyos han sido traducidos a diferentes idiomas. Ha dado numerosos recitales por España, Portugal y Argentina.

Es académico, correspondiente por Almería, de la Academia de Buenas Letras de Granada. En marzo de este año recibió un homenaje, por su trayectoria literaria, organizado por la Asociación Andaluza de escritores y críticos del Sur.

- Recientemente acaban de concederte la Medalla de Oro de la Provincia. Después de más de cincuenta años de dedicación ¿Qué sensación has tenido cuando te dieron la noticia?

- Siempre me han emocionado los reconocimientos a mi trayectoria, que ya a esta edad se suceden generosamente, y de una manera especial los procedentes de mis paisanos. En este caso de forma excepcional por el referente de mi tierra, por la iniciativa y unanimidad de la Diputación, y por considerar que el espíritu y las esencias de Almería y su provincia están por muchas de mis publicaciones.

- ¿Qué supone para ti este premio?

- Es un homenaje a la modesta labor de un escritor que ama a su tierra, paisajes y gentes, y que da testimonio de ella con su palabra poética, con la humilde luz de sus versos y prosas; con la satisfacción de darse en María, corazón del bello Parque Natural de mi comarca de Los Vélez, dentro de la celebración del Día de la Provincia.

- ¿Qué opina de los premios literarios?

- Tienen una importancia muy relativa y circunstancial, hay estupendos escritores sin grandes premios y otros mediocres muy premiados. Para mi han sido muy importantes porque me han ayudado a vivir, a mantener la ilusión, a publicar mis libros, a ganar libertad para seguir en el quehacer, a conocer a otros poetas, viajar….

- ¿Puede mencionar algunos de los conseguidos que más aprecia?

- El primer premio Miguel Ángel Asturias, del Círculo de escritores iberoamericanos de Nueva York, Ángaro, Ciudad de Palma, Ciudad de Ceuta, Juan Alcaíde, José Hierro, Polo de Medina, Finalista en los premios nacionales de la Crítica, etc. En su mayoría eran premios ganados en concursos. A esta edad lo que me organizan, con generosidad y frecuencia son homenajes por mi dedicación plena y una labor de más de medio siglo.

- ¿ Qué echa de menos de sus comienzos?

- No he perdido la ilusión de mis primeros tiempos, y espero mantenerla mientras Dios me conserve la memoria y pueda seguir escribiendo. Libros, generalmente con unidad temática, sólo escribo cuando siento necesidad de hacerlo porque me apasiona un tema con el cual sufro o gozo. Espero poder seguir en mi quehacer algunos años más.

- ¿Cuándo comienza su relación literaria dentro de Almería?

- Estuve una sola vez, siendo niño, en Almería; me llevaron mis padres para hacerme la fotografía de la Primera Comunión; la distancia desde mi pueblo a la ciudad era mucho mayor para aquellos tiempos, fue en 1935, y el recuerdo para mi, de aquel viaje es mágico, sobre todo por ser mi primer encuentro con el mar…Son impresiones que están por mis poemas.

Después, desde mediados de los cincuenta estuve volviendo con frecuencia por Almería, a presentar mis libros, dar recitales, pregones, publicando en sus revistas y periódicos…, estableciendo puentes entre poetas y amigos granadinos y almerienses… Almería era un sueño para mí, pronto pasó a ser una hermosa realidad y empecé a repartir mi tiempo entre Almería, Granada y mi pueblo. Mi amor por Almería es muy grande, sus muchas bellezas y la hermosura de su gente están por mis escritos y en lo más profundo de mi corazón.