Cultura

En busca de la memoria perdida

1846. Es la fecha oficial del nacimiento de una empresa, Loewe, caracterizada desde sus inicios por la exquisitez de unas piezas en piel que han sido admiradas por los más selectos compradores de todo el mundo. Bolsos, maletas o complementos formaban parte de un universo que, con el paso del tiempo, se ha extendido hacia la creación de elegantes catálogos de ropa o, por ejemplo, perfumes. Sin embargo, más allá del negocio, estamos ante la que podría considerarse una filosofía de vida, basada en detalles más imperceptibles como la delicadeza de las formas o el buen gusto en el trato. Unos conceptos que nunca pasan de moda y bajo cuyos parámetros ha visitado Sevilla esta misma semana Enrique Loewe, presidente de honor de esta casa cuyas instalaciones de la capital hispalense cumplen ahora 45 años (se abrieron el 8 de octubre de 1963).

Allí, ante una enorme expectación, el portador de uno de los apellidos más chic del mundo, ha pedido la colaboración de sus clientas en la búsqueda de objetos que, si bien para ellas pudieran tener menos valor, desde Loewe resultaría muy gratificante localizar. "Estamos hablando, sobre todo, de las fechas comprendidas entre 1910 y 1930", aclara para este periódico dicho insigne personaje. "Nosotros contamos ya con unos 3.500 elementos pero necesitamos seguir ampliando los fondos para, en un futuro, poder exponerlos en un lugar físico que, aparte, contará con múltiples usos culturales".

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