XXXIII Festival de teatro de el ejido Música, baile y humor en una misma obra

Un cabaret de civilizaciones

  • La compañía Laví e Bel representó en el Auditorio una obra donde se ofrecieron diferentes números cargados de originalidad. En el elenco había dos almerienses

Un espectáculo de variedades. Así, se puede definir a la representación que la Compañía Laví e Bel ofreció con su Cabaret líquido en el Auditorio Municipal. Geishas, mujeres y hombres travestidos y muchas ganas de hacer pasárselo bien al público fueron los ingredientes que predominaron sobre el escenario.

Los intérpretes se mostraron cercanos al público. Tal es así, que en uno de los números se encendieron las luces del Auditorio y se pasearon por las distintas butacas de los asistentes.

Además, el espectáculo contó con dos almerienses. Javier Parra, del barrio de Los Ángeles de la capital, y Javier Viana, de Adra, consiguieron meterse al público en el bolsillo con su simpatía y buen hacer.

Javier Viana fue el encargado de hacer los números donde la boca era el instrumento para crear distintos sonidos. Se fueron alternando con el resto de números en grupo.

Uno de los momentos mágicos que se vivieron fue cuando Javier Parra, disfrazado de Hombre Radio, realizó un número muy original. Enfundado con un traje blanco y con varios compañeros sentados en una silla, Parra funcionó como aguja que sintonizaba con las distintas emisoras, que la formaban los artistas que estaban detrás de él.

Así, cada paso que daba Parra se podía escuchar un programa diferente, en distintos idiomas y con tenidos variados.

El espectáculo contó con unas geishas que jugaron de forma sincronizada con el abanico y con sus movimientos.

En escena apareció un personaje peculiar que utilizó un juego de palabras para que el público lo fuera repitiendo.

El número que más carcajadas suscitó fue cuando Piñaki Gómez, vestido de mujer, interpretó un personaje bruto y con muy mal carácter.

Aparecieron posteriormente distintas culturas como la egipcia con la que se bromeó de forma inteligente.

Con mucho arte, buenas voces y diversos bailes, Laví e Bel consiguió levantar a los asistentes de sus butacas. Los almerienses notaron el apoyo de su público.

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