Emilio Picón da a conocer su último libro titulado Primera persona, de Ediciones En Huida, hoy a las 20 horas en La Oficina. Le acompaña en la presentación Pepe Criado y María Ángeles Martín Gallegos. Saber quién es uno mismo no solo es una tarea difícil sino un ejercicio que dura toda la vida. A veces ese esfuerzo nos pierde en algunos laberintos, que si hay que decirlo todo, hemos creado nosotros mismos. Con este tema tan atractivo el autor da el salto a la novela con gran acierto; profundiza en ciertos elementos de la condición humana.

-Con este libro has dado el salto definitivo a la novela, tras varios libros de poesía y de relatos. ¿Ha sido una evolución personal?

- Las personas no cambian, crecen", dice Pablo, uno de los personajes de la novela. Han sido varios años y la evolución personal es inevitable. De la poesía me atrajo el uso de símbolos, alejarme del lenguaje convencional. El relato apareció porque quería contar historias, y mi poesía no era para nada narrativa. Y la novela, finalmente, porque el ejercicio de contención que implica la poesía y el relato se rompió, levanté los diques y fluyó todo lo que llevaba en la cabeza.

- ¿Cuál ha sido la motivación personal para crearlo?

- "Uno no es libre; uno se siente libre" dice de nuevo Pablo. La idea de la libertad individual fue el germen. Y, finalmente, la creación de tres historias que tenían ese nexo común. Si no te conoces a ti mismo, no puedes conocer lo demás; si no te amas a ti mismo, no puedes amar lo demás; si no te respetas a ti mismo, no puedes respetar lo demás; si no te enfrentas a ti mismo, no puedes enfrentar lo demás. Esa es la motivación personal.

- ¿Es un ejercicio más duro el de la prosa que el del verso?

-Lo ignoro. Disfruto escribiendo a partir del momento en que tengo claro lo que quiero contar. Mi verso, más que libre, ha sido libertario. Es decir, que siempre escribí por instinto. Y con la prosa, he ido haciendo lo mismo. Es duro tener que abandonar un camino creativo porque comprendes que aún no estás capacitado para llevarlo a buen fin.

-Hay una marcada tendencia autobiográfica en tu obra. ¿A qué se debe?

- Mi obra no es autobiográfica en absoluto. Todos los hechos narrados son una pura invención. Creo que te referirás a que el discurso de fondo, lo que se cuenta en cada poema, en cada relato, y ahora en la novela, ha ido creciendo conmigo. Sí, escribo sobre aquello que llevo dentro. Pero las historias están fuera de la realidad.

-El tema fundamental gira entorno a la identidad. ¿Toda personalidad es la suma de otras personalidades, que diría Lacán?

-Nadie deja tu misma huella porque nadie recorre tu mismo camino. Es imposible. No obstante, no vivimos solos y ninguna persona es una isla. La idea de la novela es la construcción del individuo en interacción con los demás, pero en libertad, es decir, siendo responsable de los actos y palabras de uno mismo. "La vida es una guerra emocional plagada de daños colaterales", nos dice Pablo. Yo añado que hay que minimizar esos daños procurando convertirlos en sana interacción.

-Ha sido notable el ejercicio experimental en el libro. ¿La forma y el fondo tiene algo que ver con el arte y la artesanía?

-En alguna parte de la novela se dice algo parecido a lo que sigue. Un brillante ejercicio formal carente de fondo es como un maniquí cocainómano con pinta de moderno. Acaba aburriendo. Un tema interesante tratado de forma mediocre, es como un corazón arrancado de su cuerpo y expuesto sobre una mesa. Resulta desagradable. Equilibrar fondo y forma es lo interesante. En cuanto al arte y la artesanía, supongo que la diferencia reside en la hondura del fondo, lo que dices, y la brillantez de la forma, el modo en que lo dices. Yo me uno al gremio de los artesanos en el sentido de tener solo una visión personal del mundo.

-¿Cuál es la frontera entre la novela comercial, la de vanguardia y la de autor?

-La novela comercial busca el entretenimiento y la rentabilidad; además preserva al individuo bien lejos de cualquier desarrollo personal, para que siga produciendo y consumiendo como únicos roles sociales. La vanguardia pretende abrir nuevos caminos formales. Y la novela de autor pretende construir un estilo personal, y esto creo que debería ser lo interesante.

-He visto un fragmento donde aparece un joven en un coche negro circulando feliz como si fuese el último día de su vida.

-Soy yo. Me utilicé para romper el tono demasiado solemne al final de un capítulo. Decidí cerrar la escena conmigo, al volante de mi coche.