Keramiké Creativa (Calle Flora, 1), acogerá desde el próximo sábado un curso sobre Cerámica Neolítica que impartirá Manolo Salas. El curso comprenderá 30 horas repartidas en 10 sábados, siendo el horario de 10 a 13 horas.

El curso tendrá lugar los días 13, 20 y 27 de septiembre, 4, 18 y 25 de octubre y 8, 15, 22 y 29 de noviembre. Se pretende recuperar las técnicas de elaboración de esta cerámica, así como las técnicas de decoración y sistemas de reproducción en nuestra época.

Para los estudiosos, el término cerámica engloba todos los objetos fabricados a partir de la arcilla y posteriormente cocidos. Sin embargo son las vasijas las que han monopolizado el término a causa de su presencia masiva y determinante en los yacimientos arqueológicos.

Como fósil guía, nace a la sombra de uno de los momentos más trascendentales de la historia de la humanidad: su sedentarización, que junto con la agricultura y la domesticación de los animales, -lo que se ha dado en llamar "revolución agrícola"- transformará drásticamente la vida de nuestros más remotos antepasados.

Durante el desarrollo de esta nueva fuente de subsistencia, base económica, y principio de un nuevo proceso social, político y religioso, la cerámica se convertirá en una de las manifestaciones más representativas del quehacer cotidiano, reflejándose en el barro de sus paredes la sensibilidad y el instinto creador de unas manos que nos regalan la imagen, tremendamente humana, de aquellos que conocemos a parir de sus objetos materiales, adormecidos en el tiempo de su cultura.

Con este curso se pretende de algún modo hacer más comprensible el mundo de la Prehistoria profundizando en la comprensión de las manifestaciones artísticas de los grupos humanos prehistóricos, valorándolas no sólo como expresiones de la capacidad estética de aquellas sociedades que las crearon sino también como reflejo de sus preocupaciones religiosas o de su peculiar visión del mundo,

Manolo Salas que impartirá el curso, apunta que trabaja sobre la documentación publicada del material cerámico, recogido en excavaciones, centrándose en el perteneciente al Neolítico, Cobre y Bronce, para más tarde volver a realizar estas vasijas, repitiendo exactamente: medidas, decoración, textura de la pasta, todo ello a través de una confección artesanal, solucionando cada una de las piezas individualmente.

La fabricación se inicia, realizando un seguimiento del barro antes de al confección de cada pieza. Manipulando tipos de arcilla, más o menos decantadas y desgrasantes, hasta adecuarlos a los que presentan cada pieza en concreto.

Todo ello pulverizado, se mezcla con agua, hasta conseguir una consistencia suficiente para elaborar las piezas.

Comienza entonces el proceso de modelado que puede realizarse bien a partir de un núcleo de arcilla, o mediante la superposición de tiras de barro.

Una vez fabricada la pieza, su superficie es alisada hasta conseguir un aspecto uniforme. Algunas piezas no recibirán más tratamiento, mientras que otras, cuando la arcilla comienza a secarse, son pulidas o bruñidas, para lo cual se utilizará una caña o pedazo de cuero con lo que se frotará hasta conseguir una superficie brillante y homogénea.

Es fundamentalmente en el tratamiento de las paredes donde se diferencia con más claridad los dos grandes bloques en los que tradicionalmente se ha divido la cerámica prehistórica: cerámica cuidada , y cerámica no cuidada, "grosera" o de cocina.

Ambos tipos pueden recibir decoración, que se realizará rascando la superficie con un instrumento apuntado o presionando sobre ella con un objeto o herramienta, los pequeños motivos resultantes en algunos casos se rellenan con pasta blanca, pudiendo también decorarse superponiendo tiras o salientes de arcilla.

Cuando la vasija está totalmente seca, el proceso de cocción es el que produce la transformación de la arcilla, sus componentes y aditivos, en un nuevo material, que es la cerámica.