Cultura

La galería MECA inaugura la muestra ‘Sendas del viajero’ en el marco de PhotoESPAÑA 2021

  • La exposición cuenta con Pedro Osakar y Asunción Lozano como comisarios

Fotografía captada por Marisa Mancilla que forma parte de la exposición.

Fotografía captada por Marisa Mancilla que forma parte de la exposición. / Marisa Mancilla

MECA Mediterráneo Centro Artístico, concluye el tercer proyecto como sede oficial de PhotoEspaña 2021 con la exposición Sendas del Viajero que bajo el comisariado de Pedro Osakar y Asunción Lozano contará con la participación de los artistas: Domingo Campillo. María Caro. Oihana Cordero. Iván Izquierdo. Marisa Mancilla. Francisco Sánchez Montalbán.

El consumo desmesurado de imágenes referidas a todo tipo de parcelas de lo real favorece un tipo de experiencias perceptivo-visuales que se resuelven anticipadamente a cualquier enfrentamiento directo con el mundo. La facilidad de acceder a lo externo se ha multiplicado, y en ello, el descubrimiento de lo diferente, de lo otro, es ya una tarea extraordinariamente rara. Nos adentramos en experiencias de todo tipo por medio de informaciones de segunda mano, y por lo tanto todo se nos muestra extrañamente asequible.

El factor sorpresa ha perdido intensidad, poseemos un conocimiento previo al viaje y lo extraño o peligroso ya no es tal. Estamos muy acostumbrados a la experiencia del reconocimiento con la sensación de que ya no nos quedan nuevos lugares que conocer.

En este contexto previsible y controlado, la mirada fotográfica busca lo esquivo, las escenas desplazadas, las situaciones desestabilizadas para confrontar y poner a prueba la idea de un movimiento establecido que necesita ampliar las gamas y especificar los matices. Las sendas representadas se situarían en un estado de constante repetición si no tuviéramos en cuenta la transgresión de los límites geográficos y la diferencia que denotan. Ni así sucederían las constantes idas y vueltas que se repiten día a día, lo cotidiano de alejarnos y acercarnos de lo nuestro a lo externo más habitual.

No es así, por la capacidad del ojo de interceptar nuevos tonos y nuevos énfasis, nuevos giros, nuevas verdades que al fin producen sensación y efecto de movimiento, de sucesión, de un estado a otro, efecto lógico del carácter transitorio del viaje.

La fotografía ha pasado a ser una operación que no se remite necesariamente a problemas estéticos y pasa también a ser una forma de interrogar la realidad y un potente dispositivo a nuestra disposición para descubrir el mundo.

Siendo este uno de los puntales sobre los que se sustenta el arte del siglo XX, los viajes contribuyen en definitiva a renovar la mirada sobre el arte y lo artístico y el juicio sobre la producción artística se concentrará en la capacidad de ésta para plantear problemas del conocimiento.

El dispositivo de la cámara fotográfica actúa como un registro que nos enfrenta a conceptos propios de la creación artística como: conciencia de pertenencia a un lugar, identidad y diferencia, emplazamiento y desplazamiento, frontera, límite, mirada, memoria.

El emplazamiento como concepto que afecta al arte contemporáneo tiene que ver con la experiencia artística de cada autor y creador y por lo tanto también del lugar desde donde se observa la realidad y desde donde se genera una proyección personal.

El viaje formula un desplazamiento que posibilita al hombre al pensar lo propio, en facilitar un re-descubrimiento, un re-definirse un re-conocimiento.

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