Cultura

"Es una gran familia, donde el que llega no se encuentra extraño"

Lleva ya 8 años al frente de esta peña, compaginándolo con su faceta de madre y mujer trabajadora. Es una luchadora que ha hecho una gran apuesta porque lo mejor del flamenco pase por la peña.

-¿Qué se puede decir haciendo balance de estos 30 años?

-Un balance totalmente positivo. La peña ha divulgado el flamenco desde sus orígenes, ha llevado el flamenco a las asociaciones de vecinos, asociaciones culturales, centros penitenciarios, Centros de menores, pueblos, de la provincia, etc. Hemos fomentado el flamenco entre los jóvenes. De nuestra peña han salido nuevos artistas que hoy se dedican profesionalmente al flamenco. Somos quizás la única de la provincia que lleva la saeta a todos los pasos que desfilan en nuestra Semana Santa, con el esfuerzo económico que eso supone y en definitiva, hemos sido como alguien dijo en alguna ocasión una alternativa flamenca al botellón entre los jóvenes.

-La Peña El Morato aparte de un lugar de culto al flamenco, es un lugar de reunión de amigos.

-La peña el Morato es una gran familia, donde todo el que llega no se encuentra extraño. Hay una gran armonía entre jóvenes y mayores. Es bonito llegar un viernes al Morato y encontrar reuniones de jóvenes y mayores compartiendo una pasión: El flamenco.

-¿Qué grandes recuerdos tiene de alguno de los cantaores que pasaron por el Morato?

-En todos los recitales del Morato, siempre hay un motivo o anécdota para recordarlo. Todos los artistas coinciden al decir que como nuestro local pocos hay para poder cantar mejor. Algo tiene de duende esta cueva. Pero por decir alguno, me quedo con la noche de Enrique Morente, que prefirió venir a nuestra peña para estar con nosotros cuando ese mismo día tenia que recoger el Premio Nacional de Música por su disco Sueña la Alhambra. Esa noche fue inolvidable, Enrique estuvo cantando hasta las 6 de la mañana.

-¿Qué le pide al futuro?

-Más que al futuro, pediría a las instituciones que se tomaran en serio el flamenco de base, es decir las peñas. Han hecho mucha política con lo de Patrimonio inmaterial de la humanidad, pero siempre pasa lo mismo: las grandes subvenciones para los grandes artistas y las grandes compañías, y nada para las peñas que son las que día a día fomentan el flamenco.

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