Dada su incuestionable calidad y valor artístico y teniendo en cuenta que durante varias semanas no ha podido ser visitada debido al cierre obligado de los museos por las medidas derivadas de la alta incidencia acumulada, la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino y el Área de Promoción de la Ciudad del Ayuntamiento de Almería han decidido prorrogar hasta el 28 de febrero la presencia de la exposición coral ‘La persistencia de lo clásico’ en la primera planta del Museo de Arte ‘Espacio 2’.

La Persistencia de lo Clásico es una muestra producida por la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino y organizada por el Área de Promoción de la Ciudad y la Fundación, con la colaboración de Diputación Provincial, y que es posible gracias, una vez más, a la excelente relación que la Fundación y el Ayuntamiento mantienen con el coleccionista Francisco Salmerón.

Se trata de una exposición colectiva en torno al mundo clásico y su persistencia a lo largo de los siglos a través del Arte europeo. Para la ocasión se han seleccionado esculturas de los siglos XIX y XX en terracota, bronce y otras aleaciones metálicas dispuestas sobre 37 artísticas peanas de estética art decó, realizadas por el carpintero Francisco Serrano; una serie de grabados basados en la colección arqueológica de Sir William Hamilton; dibujos y grabados con motivos clásicos realizados por diversos artistas europeos durante los siglos XVIII y XIX; y una selección de pinturas actuales sobre el tema de las ruinas, obras del artista almeriense Francisco Carreño.

El concejal de Promoción, Carlos Sánchez, recuerda que “es una magnífica colección que está compuesta por 95 piezas que incluyen esculturas, grabados, dibujos… de una extraordinaria calidad, todo ello gracias a la enorme generosidad de un gran conocido de este Ayuntamiento y de este Museo que es Francisco Salmerón”.

En la presentación del libro catálogo de la exposición, en ambos casos con la coordinación del director del Museo de Arte y la Fundación, Juan Manuel Martín, el coleccionista Francisco Salmerón apuntaba, más allá del disfrute meramente estético, que “tal y como estamos con el Covid y el estrés, venir aquí y dejarse inundar por la belleza de las obras tiene un efecto terapéutico muy bueno. No solamente por el tiempo que uno pasa aquí mirando sino porque ‘te lo llevas puesto’ a casa y hacemos un pequeño descanso en esta situación de pandemia. Son esculturas fundamentalmente de los historicismos europeos de finales del siglo XIX y principios del XX y del movimiento del Art Decó, porque son los dos últimos movimientos en los que hay una evocación y pervivencia de los clásico, porque a partir de las Segunda Guerra Mundial se pierde esa referencia y es una pena porque se pierde en armonía, belleza y equilibrio”.